Desde 1990, los barrios de Antequera están recibiendo la expansión de las ‘Panaderías Santiago’ donde, además del pan hecho cada día, ha ido sumando la confitería y gran apuesta de sus cafeterías que son un reclamo de vida social y donde degustar nuestras riquezas gastronómicas.
Así, cada época del tiempo suma un sabor tradicional, como es el caso de los postres navideños desde septiembre hasta final de año. “Nosotros los realizamos todos a mano, con las recetas de antaño y con productos de primera calidad, para consumirlos en nuestras cafeterías o comprarlos para disfrutarlos en casa”, nos exponen en el obrador del grupo.
Así, los roscos de vino, el mantecado doble de canela, el de aceite o el rey, el alfajor puro de almendra, son sus especialidades que sus clientes buscan para acompañar el café o para llevárselos en familia o con los amigos.
Todo, sumando a las creaciones del día a día, con los tartas, pasteles y en Navidad “los troncos y los roscones de Reyes llenan nuestras bandejas, siendo cada año más demandados por nuestra clientela”.
Como si fueran las receta de las abuelas, su horno mima la forma de hacerlos para saborear ese dulce típico que tantos recuerdos nos trae.
El mantecado es el producto estrella de Antequera, pero “el alfajor gusta mucho porque es muy puro, pura almendra. La gente eso lo nota con su calidad y… ¡vuelan!”.
Así, se empieza con la almendra, moliéndola y haciendo la masa. Se hacen bolas y luego se echa en un almíbar con azúcar y se le da la forma del alfajor. Luego se lían y a venderlos. La manera de hacerlos manual se nota porque no hay ningún alfajor similar a otro.
“Todos distintos, unos pesan un poquito más, unos un poquito menos… todos a mano”. Para encontrarlos, seguro que en su camino diario hay una panadería o cafetería de Santiago, donde este año destaca la remodelada en la Carrera de Madre Carmen. Santiago, el lugar que nos endulza la vida.
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