La nueva estación

Algunos políticos son verdaderos artistas a la hora de expresarse. No son capaces ni de decir con exactitud sus fechas de nacimiento. Alargan los plazos y utilizan evasivas e inconcreciones hasta marear el lenguaje para hacerlo parecer políticamente correcto. Y en esas divagaciones se mueven como peces en el agua; dicen, pero sin decir; no se pillan nunca los dedos y se suelen presentar bien engrasados de respuestas para salir airosos de las preguntas por impertinentes que sean, que le formulen los periodistas.
“Se está trabajando intensamente para tenerlo resuelto en la mayor brevedad”. Pues tan breve es el plazo que han dado para que la estación de trenes de Antequera, ocho años después, se ponga en marcha y que se “inaugurará en unos días”, respuesta del subdelegado del gobierno dada en un acto que nada tenía que ver con las infraestructuras ferroviarias de la ciudad. Y comienza el baile de fechas, aparecen algunas que ni siquiera están en el calendario como el veintinueve de febrero. Así a la resaca de la fiesta andaluza por excelencia, le siga otro día de reconocimiento y gloria. Y queda esperar para ver quien se anota este gol de cara a las elecciones que, aunque estén todavía lejanas, el partido entre los dos grandes contrincantes está en marcha.
Y mientras llega la noticia de apertura, Antequera, desde su escaparate de Fitur en la feria de Madrid, ya va orientando a sus posibles visitantes del paso cualitativo y cuantitativo que va a experimentar en el sector turístico. El tren, sin necesidad de coger otro medio de transporte, nos lleva hasta el centro de Málaga en un pispás. No solo se trata de ofrecer una ciudad accesible y cómoda a cualquier visitante, también de ofrecer todas las vías de comunicación posible teniendo en cuenta la cercanía con la costa del Sol. Antequera tiene mucho futuro, las cifras de visitantes lo refleja y el tren vendrá a constatar que un buen servicio de pasajeros no solo contribuye al medio ambiente también a las arcas de la Ciudad.