Me refiero a las sesiones culturales y literarias celebradas los días 5 y 6 de octubre en nuestra Real Academia de Nobles Artes de Antequera. Empezaremos por la sesión doble del día 5, jueves a las 18 y 19,30 horas. Diré que nuestra Academia, siempre sensible a ceder su espacio a actividades culturales, hizo todo para que los dos días estuvieran llenos de esplendor cultural. Los conferenciantes y los organizadores de los actos, también.
Quiero empezar resaltando la figura de nuestro gran pintor Felipe Sánchez: hombre de pocas palabras, pero artista insigne, llenó con su presencia y con su arte la sesión cultural organizada por nuestro académico Sebastián Del Pino, dentro de sus seminarios habituales. Muy agradecido a Felipe y a Sebastián.
En el turno de preguntas y respuestas, decidí decir unas palabras en honor de Felipe, a propósito del cuadro de Juan Alcaide que figuraba como pintura de Felipe anunciadora de la conferencia, No pude dejar de decir que esa pintura era la mejor que se había hecho a mi primo Juan. Y aproveché para decir que Juan pensaba lo mismo; estaba orgulloso de su cuadro y de la amistad de Felipe. Siempre que visitaba a Juan a mi paso por Antequera desde muchos puntos geográficos, hablábamos de Felipe y del cuadro. Y quise dejarlo como testimonio de la admiración del gran escritor, y gran persona que era Juan Alcaide por Felipe Sánchez, gran pintor y, como Juan, gran persona.
Apenas tuve tiempo aquella tarde para cambiar a mi papel de presentador de Joaquín Javaloys, con motivo de la presentación de su libro histórico El Secreto Mejor Guardado de Las Monarquías Europeas: sus raíces judías. Resalté la faceta de Joaquín como historiador, y recordé la palabra hermetismo, hermético, que un día aprendí en reunión con investigadores franceses en París. Decían mis colegas que un investigador científico no debe ser hermético; debe estar abierto a otro tipo de manifestaciones culturales. Traté de destacar la personalidad no hermética de Joaquín, gran economista del Estado, pero –sobre todo– gran historiador de temas apasionantes, como éste que ha plasmado en el libro que nos ocupa. Gracias, Joaquín, de mi parte, de parte de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera, que ha sabido del éxito de la presentación de tu libro en el Ateneo de Madrid, y de parte de todos los antequeranos que han podido tener “a mano” a un historiador de tu categoría.
El día 6 de octubre, viernes, a las 19,30 horas me tocó hablar mi librito De Ensueños y Vaivenes. Creo que lo mejor del acto fue la presentación de la profesora María Luisa Gómez Moreno, de la Universidad de Málaga. Como siempre, María Luisa hizo una brillante presentación, mía y de mi librito. Yo quise resaltar que un investigador científico –como yo– no puede estar al margen de las pequeñas cosas; es preciso que se muestre abierto a otras cosas que no sean la investigación pura: literatura, canción, poesía, amor, flamenco, cine, cocina, y escriba sobre esos ensueños y –quizá– algún vaivén. Guardo un gran recuerdo de mi nuevo paso por nuestra Real Academia de Nobles Artes de Antequera, es decir, por la Academia de todos los antequeranos, que esta vez contó con la presencia de nuestro alcalde antequerano, Manuel Barón, acompañado de nuestro director, José Escalante. Asistió, además, viniendo nada menos que de Boston, Francis Lucinskas, profesor de Patología de Harvard, quien quiso estar presente en los actos de nuestra Academia. Y asistieron mis amigos…
La brillantez de los actos programados fue posible gracias a los que prefieren siempre “estar entre bastidores”: miembros directivos de la Academia, como los ilustrísimos señores Juan de la Cruz López García Berdoy, y Miguel Ángel Fuentes, académicos que dan vida con su presencia, como los ilustrísimo señores Juan Benítez, Juan Campos, Sebastián Del Pino… Los actos pudieron ser seguidos por los canales habituales de televisión gracias a la impecable grabación efectuada por Rafael A. Gallardo.
