“Los dioses facilitan el primer verso; los demás, los hace el poeta”. (Paul Valery)
Los chicos y chicas estaban sentados al lado de sus profes, de su familia. Contenían el entusiasmo se sentían ganadores y lo eran. Ser poetas, manejar versos y rimas, escribir con originalidad y pasión sus poesías. los convertía a todos en pioneros. Un universo de emociones invadía el salón de actos del MUPAM. En torno a la poesía nos congregábamos para disfrutar. La tarde calurosa y húmeda hacía de las suyas. La creatividad tomó color y sonido en las distintas voces de los lectores. Detrás de cada poema hay una voz única. El arte milenario se reivindicaba de nuevo, la poesía se hacia un hueco importante en aquellos minutos como visión esperanzadora del mundo, como memoria de los pueblos y parte secreta del alma, que diría Octavio Paz.
Hay surrealismo en algunos poemas, es un reflejo constante de la experiencia humana que surge de las tradiciones orales de las culturas y emerge casi sin darnos cuenta hacia la superficie de lo que somos. Uno de los chicos, Héctor, de sólo 11 años, me cuenta que su poema premiado se llama “Mi botellín de agua” que había escrito otros sobre animales, el mar o sobre su abuela que era muy divertida, pero su profesora escogió para el certamen este del botellín. Le dije que era muy original y que siguiera escribiendo. Me comentó que escribía porque se sentía muy bien haciendo rimas y encontrando nuevos temas. En fin la charla dio para mucho. Los padres le hacían gestos para que no me molestara más, yo estaba encantada y así se lo hice saber. Les facilite mi correo y les animé a que me mandaran si querían, alguno de los poemas de Héctor para publicarlos en mi blog como “amigo colaborador” A la creatividad hay que darle alas, espacio. El mundo no se queda igual cuando le añadimos una poesía que es la luz especial de la vida.
