Esta última semana han creado polémica las palabras de una famosa influencer española que afirmaba no leer, que no pasa nada si no lees y que leer no te hace mejor. Expresaba su opinión jactándose de no leer y se reafirmó posteriormente sin mostrar ningún tipo de duda o aclaración a lo dicho. Y es cierto que no se es mejor por leer, y hay quien a pesar de haber leído mucho es capaz de las mayores atrocidades. Pero el hecho de regodearse de ser una analfabeta que tiene tanta influencia sobre miles de seguidores, especialmente jóvenes, transmite la idea de que para llegar a ese lugar de poder ha cogido pocos o ningún libro.
Al final se sigue reforzando la tendencia del mínimo esfuerzo y la ignorancia, como caminos para nuestros jóvenes que cada vez están menos motivados a estudiar o a emprender por evitar el esfuerzo, la frustración y la constancia. Estos valores tampoco están de moda, como la lectura. A los padres nos cuesta menos premiar y tenerlos contentos con el móvil u otro avance tecnológico que estar castigando y aguantando las pataletas que a ello suceden.
Sin embargo ese mismo móvil, las videoconsolas y cualquier dispositivo similar fue creado por personas que leyeron y que consiguieron que la opinión de cualquiera de nosotros tenga no sólo el mismo valor sino hasta más influencia y peso. El hecho de incitar de tantas formas a la ignorancia es una forma de mantenernos adormecidos y sin opinión ni criterios propios.
Mientras nos entretenemos en una realidad virtual no somos conscientes de la realidad que nos rodea ni nos planteamos nuestra responsabilidad para cambiarla. No alimentar nuestro intelecto a través de la lectura es perder la oportunidad de nutrir nuestra personalidad de la base para discernir entre una opinión, una certeza y una oportunidad para que alguien se haga aún más famosa.
