domingo 7 diciembre 2025
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Hace falta la derecha y la izquierda para encestar

Esta mañana, nos enteraremos de una persona que ha fallecido por cáncer de mama. Esta misma mañana, una mujer saldrá a las 6 de la mañana de su casa para que una ambulancia la lleve al hospital de la capital de provincia para recibir su tratamiento. Esta mañana, una mujer no sabrá cómo decirle a sus hijos que no sabe qué pasará. Esta mañana, una investigadora conseguirá un avance en el cáncer de mama. Y esta mañana, quienes tienen decisión, mirarán a su izquierda y a su derecha para criticar al contrario. Y esta mañana, nos preguntaremos de nuevo: ¿y por qué no trabajamos todos juntos para evitar el suplicio que se inicia cada mañana? ¿Ni con el cáncer nos podemos poner de acuerdo?

El cáncer de mama no entiende ni de Bonillas ni de Sánchez, ni de voces ni de silencios. El cáncer de mama campa a sus anchas y si tuviera conciencia, pensaría lo bien que se extiende porque no nos ponemos de acuerdo. Este jueves hubo una concentración en nuestra ciudad, como en muchas poblaciones andaluzas. Se ha hecho público un fallo en el sistema, creado y mantenido por todos. Se hicieron mal unas mamografías, no se analizaron como se debería y no se activó el protocolo necesario.

¿Se imaginan que hoy, unos y otros, otros y unos, se reunieran para trabajar juntos? Es como un jugador de baloncesto, que necesita la mano derecha y la mano izquierda para centrarse en la canasta y conseguir un triple tras otro. Así, los ayuntamientos, con la ayuda de las diputaciones, harían que las mujeres de pueblos pequeños pudieran tener el mismo acceso a un hospital comarcal que las que vivan en las capitales o cerca de ella. Las comunidades autónomas potenciarían los hospitales comarcales como centros de cáncer, evitando los calvarios de los enfermos que pasan horas en esas ambulancias temibles y descongestionarían los centros regionales.

A las tasas turísticas, el 1,5% cultural, o tantos otros inventos, se le sumaría el lazo verde, un dinero para becar a los jóvenes investigadores, a los profesionales oncólogos para que el país de la paella, el fútbol o el turismo, sea también un referente en tratamientos oncológicos. Un país donde los colegios hablen, sepan y conozcan lo que es el cáncer y otras enfermedades. Un territorio donde el respeto y el trabajo común sea el ejemplo de cómo superar adversidades. Una nación donde ganar la Champions sea como abrir centros de día en conventos vacíos, unidades oncológicas en todas sus comarcas, redes de apoyo mutuo entre comunidades y esperanza hecha unión entre todos, los que callan, los que gritan, incluso los que faltan el respeto.

Cierto es que la sanidad pública no funciona como debería. Pero mientras que se alimente, hay esperanza. ¡No le dejemos entrar en coma! ¡Entre todos podemos reavivarla! Y una vez conseguido, antes de utilizar la mano derecha o la mano izquierda para el uso que consideremos, respetemos y pensemos en esa mujer, en ese hombre, que tiene al cáncer cara a cara. Con enfrentamientos, nunca se ganará el pulso al cáncer. Se nos presenta una nueva ocasión. ¿La aprovecharemos o seguiremos como estamos? Confiamos en que llegó la hora de actuar en común.

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