La crisis se nota en todos sitios… pero no falta quien señala, viendo los espectadores de las finales de Copa, UEFA o Champions, o la multitud ferviente acudiendo hasta El Rocío, que habrá crisis, pero cuando realmente vale la pena, la gente acude en masa. Gastará menos, pero acude. Eso nos toca hacer a los antequeranos en esta Feria de Primavera, pues, en definitiva, y seguimos con los dichos, la feria la hacemos nosotros, y seguro que en las casetas «habrán afilado el lápiz, para cobrar lo menos posible». Se gastará menos «pata negra» que otros años, pero muchos descubrimos ese tipo de jamón hace bien poco, así que tampoco nos cogerá de sorpresa… Disponemos de muchas casetas en el centro de la ciudad y en la feria, todas de garantía, que serán un buen sitio para lo mejor de la feria, reunirnos con familiares y amigos, vernos con los paisanos que vienen de fuera y prepararnos para disfrutar con algunas de las actuaciones, modestas para algunos, pero tampoco hace falta ver a los Rolling para pasarlo en grande. Es más, cuando las inolvidables galas de la «Peña Los 20» o «Las Rejas», la feria en sí se quedaba casi vacía, porque la gente acudía muy temprano a los recintos para coger buen sitio, y cuando terminaban las galas, volvían muchos a sus casas… Tiempo tendremos en agosto para disfrutar de alguna actuación grande, a ver si la cosa mejora algo…
El caso es que nuestra Feria de Primavera, que nació con la de Sevilla, propuesta al Ayuntamiento por dos empresarios venidos de fuera, surgió con el doble objetivo de que los agricultores se abastecieran de mulos y aperos para las inminentes faenas de la recolección y las amas de casa de telas, bordados, encajes, y adornos como los velones de cobre y otros… Más tarde se pensó que como complemento a todo ello, que atraía a muchísimos comarcanos, además de tantos antequeranos, se les podía ofrecer «programas» que iban desde lo musical a lo taurino, desde lo circense a lo musical, siempre dejando «lo mejor» para la Feria de Agosto… Y así sigue la cosa, con el cambio de la fuerza animal por la mecánica y con el cambio de tejidos y complementos por las ropas exóticas de países africanos o hispanoamericanos. En el «real», enorme, muy bien acondicionado y accesible a través de los frecuentes servicios de autobús y taxis, hay atracciones mecánicas modernas y las de siempre para los niños y casetas que, como «las de día» en el centro, son marco ideal para reuniones entre amigos…
El programa puede ser débil, muy en contra de los deseos de sus responsables que hubieran querido algo mucho más grande, pero ya saben, la crisis. Así que vamos a olvidarnos de ella, en la medida que podamos, ajustemos los presupuestos y disfrutemos con lo que haya… Y Paco Dorado, «inventó» una feria taurina diferente, hecha para buenos aficionados, con tres jóvenes que suben en el escalafón por corridas toreadas.
Total, que aunque modesta, vivimos la Feria chiquita del año… ¡A pasarlo lo mejor que se pueda!
