Las costumbres o modas son algo que a mí particularmente nunca me han afectado… ni tan siquiera en lo referente al pedaleo. Es obvio que, naturalmente en lo tocante al ciclismo, las modas hacen también sus apariciones. Pero yo, desde ya muchas «pedaladas» atrás aprendí a deslindar qué modas, modernidades o progreso acapararán mis atenciones. Siempre acepté y puse en práctica todas aquéllas que significasen mejoras que permitan o posibiliten mejorar o aumentar nuestra calidad de vida.
En los actos sociales tan prolíferos por estas primaverales fechas, cada vez está más en moda el servir algo de picar, entremeses y otras lindezas culinarias, que nos suelen ofrecer gentilmente antes de que nuestros cansados cuerpos puedan acomodarse en el correspondiente asiento, esto es antes de que el personal asistente ocupe el correspondiente asiento donde habrán de servirle posteriormente el resto del sabroso y cuantioso menú.
Ésta es moda, a mi parecer muy negativa. Les explico. Alguna vez ya les hice mención acerca de la envidia que me dan los comensales del género femenino asistentes a estos actos enfundadas en frescos atavíos mientras que en el género masculino es más acorde andemos vestidos con atuendo de chaqueta, camisa, corbata y todo ello distinguidamente ensamblado al cuello. Pero no habré de dejar esta verdad a medias y en lo referido a la comodidad, en llegando la hora de los menús…Verán… ¡cómo es que se lleva! Pues hay que «picar un poquito», ¡DE PIE!
Y aquí mi compañera… los asistentes como les digo del género femenino quedan en mucha desventaja pues, si han acudido con calzado al uso, sólo con «un poquito» de tacón… ahí les duele.
Sí, la espalda y hasta los mismos órganos vitales que posteriormente deberían tener descansados para filtrar lo escanciado con o sin alcohol. Y a veces esto llega hasta tal punto, que termina provocándoles esos los sus tan famosos dolores de cabeza. Y lo que habría de ser una agradable fiesta y un posterior disfrute en armoniosa compañía de nuestros seres queridos, se convierte en un suplicio. «Cáchis» con los cumplimientos de las modas.
Verán; puede parecer una incongruencia, pero no es así: comer de pie engorda. Sí, o si lo prefieren comer sentado adelgaza. En un estudio realizado en Canadá se pudo comprobar la veracidad de esta paradoja. A un grupo de 64 personas se las dividió y se configuraron dos grupos. Unos comieron sentados a mesa y mantel y otros de pie en una barra. Se les puso el mismo menú a todos.
A la siguiente comida, los de la mesa comieron en la barra y los de la barra en la mesa. Los comensales que habían comido en la barra arremetieron con hambre feroz, mientras que los que habían comido anteriormente en mesa y manteles no tenían tanta hambre.
Y es que se come por la vista, el tener una mesa con su mantel, cubiertos y tomar los alimentos cómodamente sentados nos ayuda a mejorar nuestras costumbres, ante las comidas nos sentiremos más saciados y más satisfechos con lo ingerido, quedando nuestro organismo más resarcido y con menos deseos de volver a ingerir de nuevo más alimentos.
