Gerardo García Sobrino, por decirlo en pocas palabras, es alguien básico en la vida de Antequera, como lo fue en su faceta de maestro en varios centros, que le trajeron a Antequera hace 40 años, involucrándose en muchas cosas de Antequera, que ahora, en acertada medida del Ayuntamiento, de la Alcaldía, lo hace hijo suyo: “Me cogió de sorpresa, porque considero que no he hecho nada como para merecer tal honor, y no te creas que es una fórmula de agradecimiento, es algo que siento sinceramente.
Enseñar en los colegios, colaborar con las cofradías, ayudar en lo que puedo, es un privilegio y un orgullo para mí, y nada que merezca tal honor. Pero eso no quita que me llene de alegría y agradecimiento: que se hayan acordado de mí, que cientos de personas hayan firmado para eso, que lo hayan hecho centros docentes, religiosos, congregaciones, cofradías y hermandades de Gloria… Todo ello me obliga a tratar de corresponder ahora esa distinción…”
Empecemos por recordar su papel de maestro… “Pues me hice maestro porque me gustaba y porque era un reto que me marcó mi padre. Yo era tartamudo… y mi padre me dijo que cómo iba a enseñar si no sabía hablar… Así que tenía que vencer ese defecto… y así lo hice, dedicándome a una de las profesiones más bonitas del mundo: enseñar a generaciones de alumnos… Me jubilé en agosto de 2010 y tengo la alegría de que muchos antiguos alumnos me siguen preguntando cosas… Ya te digo: lo más bonito del mundo”.
Como cristiano practicante –para muchos, ejemplar–, es interesante saber qué opina de los ataques que sufre lo religioso… “Mira; quien ataca a la Iglesia, es porque no la conoce; porque no sabe la labor que realiza, que no es sólo, con ser importante, una procesión, una misa, un rosario; la labor de la Iglesia es imprescindible desde siempre. Que pregunten lo que hacen en África, en Asia, tantas monjas y misioneros o cristianos comprometidos que no se limitan a llevar la Palabra de Dios, sino que se ocupan de temas terrenales como hacer pozos, enseñar a leer y escribir, hacer de médicos o enfermeros, en labores humanitarias que es imposible ignorar. Pero sin ir tan lejos, ahora mismo, en España, aquí mismo en Antequera, hace un papel singular a través de Cáritas. Quien critique, que entre en cualquier Cáritas y verá lo que se hace, cuando la sociedad o los políticos, abandonan a su suerte a tantos necesitados de verdad… En resumen, son los ataques que la Iglesia sufre y supera desde hace 20 siglos, por parte de quien sólo se detiene a ver signos externos…”.
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Habrá notado que se pone de moda eso de “juntarse y dentro de unos años nos casaremos”… “Sí es otra barbaridad, por parte de egoístas; eso de juntarse lo hacen los que no saben que amarse es compromiso, sacrificarse el uno por el otro, renunciar a determinadas cosas, como tu mujer lo hace por ti; tener conciencia mutua de que el matrimonio es la base de nuestra sociedad, de sus instituciones… Hay que dejarse atrás el egoísmo y que nunca falte el verdadero amor, la unión en la que cada parte pone lo suyo para sacar algo adelante tan maravilloso. Por supuesto hay roces en el matrimonio, disputas… pero ahí es donde surge el verdadero amor, lo que hace grande a la unión sagrada de un hombre y una mujer”.
Así habla y piensa un nuevo antequerano, orgullo para la tierra que lo acoge. Gerardo García Sobrino, será nombrado Hijo Adoptivo de Antequera el próximo 28 de Febrero.