Para empezar quiero que quede claro que esta carta no es sólo una queja hacia los servicios sanitarios, sino principalmente para que sirva de experiencia y alerta a la gente que habitualmente utiliza chimeneas y braseros de leña (usualmente en casa de campo).
Todo ocurrió la madrugada del sábado 4 al domingo 5 de febrero. Para la celebración del cumpleaños de nuestra sobrina más pequeña (2 años) preparamos el fin de semana en una casa de campo que tenemos en la zona de «Cortijo Los Monos», cerca de Las Pedrizas. Debido al intenso frío durante todo el día y por las predicciones para la noche, decido meter unos braseros con rescoldo en las habitaciones para calentarlas un poco y luego sacarlas para dormir, porque sabía que era muy peligroso el dejarlas dentro. Sólo quedaron dos habitaciones en las cuales no puse (bueno en una de ellas la sacamos por un poco de olor y como era la de mi sobrinita decidimos enchufar la estufa eléctrica) y la otra la de mi madre.
Pasada la fiesta de cumpleaños y después de un rato en el salón de la casa decidimos acostarnos. Sobre las 1,30 de la madrugada escucho a mi esposa gritar que alguien se había puesto malo. Me despierto como puedo y sin saber bien dónde estaba, salgo al pasillo encontrándome el patético escenario.
Dos de mis sobrinas estaban en estado de inconsciencia y mientras intentábamos reanimarlas se nos cae al suelo mi esposa quedando también inconsciente. Como pudimos las arrastramos al inicio del pasillo donde había un poco de corriente de aire, ya que mi hija al sentirse mal pudo abrir una ventana y respirar bien y mi hermana abrió la suya también.
En este punto y con las tres en estado crítico se nos ocurre llamar al 112 diciendo que había tres personas en muy mal estado y que éramos un grupo de 13 ó 14 personas. Éstos me pasan con los servicios sanitarios, los cuales me preguntan los nombres y las edades de los más afectados (como pude se los dije, no sé si bien o mal) y después de explicarle dónde nos encontrábamos me dijeron que saliera alguien a la autovía a esperar. Salió mi cuñado que fue el más rápido.
Mientras, en nuestra insistencia por reanimarlas se nos ocurre rociarlas con un poco de agua, haciendo efecto. Empezaron a reaccionar. Después de un rato esperando (en mi móvil está la llamada al 112 a las 1.41 y a las 1.58 me llaman desde los servicios sanitarios para preguntar si hemos salido) sacando fuerzas de donde no las había, cojo un coche y salgo a buscarlos y llegando a la autovía, aparecieron. Cuando llegaron cerca de las 2,30 o las 2,45 (después de casi una hora, cuando a nuestra casa hay unos 10 ó 15 minutos) se baja un señor, supuestamente el médico y sin apenas entrar en casa dice que sólo caben dos personas en la ambulancia. Les digo que las más afectadas son tres y que los demás también estábamos afectados en mayor o menor grado. Su respuesta es que no me ponga nervioso y que él estaba muy tranquilo (yo diría que dormido en vez de tranquilo) y que los demás afectados fuéramos en los coches particulares. Se llevaron a mis dos sobrinas y mi hermana y mi cuñado se fueron en su coche con mi otra sobrina que también estaba en al habitación y fue la que dio la voz de alarma.
En la casa quedamos mi madre con casi 80 años, mi esposa que había estado inconsciente, mi hermana con su hija de dos años, mis dos hijos y yo que casi no me tenía en pie y sin un sólo vistazo de reconocimiento por parte del médico.
Gracias a Dios todo terminó en unas cuantas de horas en el hospital para mis sobrinas y un gran susto para toda la familia. Si no llega a ser por la voz de alarma de mi sobrina Ana María, no se qué hubiera pasado.
Espero que esta sirva para que no le pase a nadie más y para intentar mejorar la asistencia de los servicios sanitarios. Muchas gracias.
JOAQUÍN CORRALES GONZÁLEZ