En ocasiones cuando se produce una infección de las vías respiratorias se pueden acumular mocos en los bronquiolos, esto junto a la inflamación de la zona produce la bronquiolitis. Recordemos que el aire necesita pasar por la traquea, los bronquios y los bronquiolos para llegar a los alveolos pulmonares donde se produce el intercambio gaseoso de la sangre.
Los virus que producen la infección suelen ser del género influenza, adenovirus y sobre todo el virus respiratorio sincitial. Estas infecciones no implican necesariamente que se sufra una bronquiolitis, además se necesitará gran acumulación de moco en los bronquiolos. Los síntomas no son específicos, incluyen fiebre, tos, secreción nasal y respiración rápida. En casos más extremos la piel tiene un color azul debido a la falta de oxígeno que se produce como consecuencia de la disminución de la ventilación. La única prevención posible pasa por evitar el contacto con pacientes infectados.
Normalmente la bronquiolitis afecta a niños menores de un año en épocas de otoño e invierno, aunque también pueden sufrirla los adultos sobre todo los fumadores. Es importante un diagnóstico precoz porque al principio todo empieza con una simple infección de vías respiratorias superiores, que en pocos días puede acabar en una dificultad respiratoria importante. El médico establece el diagnóstico con un examen del tórax con un estetoscopio que revela la existencia de sibilancias. El diagnóstico se confirma con una radiografía de tórax e incluso con una gasometría. La bronquiolitis puede ser causa de hospitalización, aunque no suele requerir tratamiento, sólo se necesita un buen estado de hidratación y un ambiente húmedo. No obstante pueden existir complicaciones como la neumonía o la insuficiencia respiratoria. Para finalizar, felicito a todas aquellas personas que han tenido la suerte de encontrar el amor de su vida. Susana: siempre serás el amor de mi vida.
