San Pedro es una de las parroquias más importantes de Antequera. Una parroquia que fue bendecida el 29 de junio de 1522. Desde ese día ha sido una parroquia llena de vida de personas que han compartido y han crecido en su fe entre sus muros.
En ella se creó y sigue viva la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Consuelo, cofradía que ha cumplido ya más de 300 años y que es heredera de la Cofradía del Santo Rosario y las lagrimas de San Pedro.
En San Pedro lleva 50 años María Auxiliadora y la forma de ver y sentir la vida del carisma salesiano.
Esta parroquia ha sido sede de seminarista y ha contado durante muchos años con más de 50 monaguillos que han participado y ayudado en todas las parroquias de Antequera, por ser la mejor cantera que había, pero además ha habido escuela rural, grupos de acción católica, de adoración nocturna…. Entre sus muros se han hecho ejercicios espirituales, y han venido a predicar los mejores oradores de cada época. De ella han salido las procesiones de San Pedro, la Majestad en público, Santa Eufemia, Nuestra Señora de los Remedios, el Cristo de las Penas, además de María Auxiliadora y el Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Consuelo…
Piense en lo que piense dentro de las actividades de la iglesia seguro que San Pedro ha contado con ello.
Hacia los años 70-80 pasó una pequeña crisis como casi todos, hasta la llegada de don Manuel Márquez Córdoba, que nos puso a todos de nuevo las pilas, creo unos grupos que permanecen hasta hoy, con él a la cabeza y la ayuda del Ayuntamiento, se echó abajo todo lo viejo, como era la casa de los sacristanes y con ayuda de toda la parroquia y de las cofradías se construyeron los salones y el patio. Verdadero orgullo para todos los que habíamos participado y para aquellos que no creían que fuera posible.
Desde ese momento teníamos un lugar digno para todas las actividades de la parroquia: catequesis, grupo de adultos, de jóvenes, de perseverancia, de liturgia, de pastoral de la salud, de prematrimoniales, grupo de MIES, Cáritas, cofradías, el coro de la hermandad, o la agrupación musical… lo que hace que la parroquia esté más viva que nunca.
Además sus salones y sobretodo el patio ha sido lugar de encuentro, de convivencia de teatros y verbenas de nuestros jóvenes buscando dinero para sus campamentos, de campeonatos de fútbol y baloncesto interparroquiales, de torneos de fútbol sala, de veladas de San Pedro, de celebraciones de ferias de Primavera y agosto, de celebraciones de la Virgen y del final del triduo de San Pedro. De compartir un desayuno, un arroz, o una copa con la comida aportada por todos.
Una manera de hacer familia. Es decir le hemos sacado el mejor partido posible a lo que tanto esfuerzo nos había costado tener.
Pero si algo nos faltaba era el arreglo de nuestra iglesia, durante muchos años, con nuestros sacerdotes a la cabeza hemos movido todo los pasos para que las instituciones nos ayudaran y cuando ese momento llego y arreglaron los tejados, la comunidad decidimos que había que terminar y entre todos y con el esfuerzo de nuestro párroco se llevo a cabo la campaña para pintar y poner la solería. Misión conseguida entre una comunidad unida, haciendo compromiso a todos, gente trabajadora que no le sobra el dinero, pero que en ningún momento dudaron en poner su granito de arena, para que su parroquia estuviera como hoy se encuentra, siendo como muchos dicen la catedral de Antequera.
Después de casi tres años fuera, mientras se restauraba completa, volvimos a nuestra sede y nos encontramos, con que cada vez que utilizamos el patio recibimos una denuncia, a pesar de cumplir con todas las normas, los permisos pertinentes, no sobrepasar en ningún momento los horarios establecidos… y ser un patio de nuestra propiedad. ¿Qué harían ustedes si durante más de 3 años cada vez que utiliza su patio, se encuentran con una denuncia?
Hasta ahora hemos callado siguiendo las instrucciones de nuestro párroco y actuando según nos decía la ley. Pero nos hemos encontrado con una nuevo problema, la misma persona que ha intentado cerrar nuestro patio, quiere callar nuestras campanas, campanas que cumplen de sobra la normativa vigente, que no tocan de noche ni por la mañana temprano, que respetan todo lo que la ley pide.
Y ya ha llegado el momento de decir basta, ¿qué hacemos ahora, para que le moleste tanto? ¿Qué tiene en contra de nuestra parroquia? Nosotros seguimos en lo que consideramos nuestra casa, porque en ella compartimos la fe, nos encontramos con Jesús y con los hermanos, compartimos ratos de oración y convivencia, siempre desde el respeto a los demás, haciendo lo mismo de siempre adaptándonos a los tiempos y a lo que la ley exige. (Durante años las campanas tocaban a difunto durante las 24 horas del día). ¿Tanto le molesta el sonido de una campana?
Por la recogida de firmas que estamos llevando a cabo y el respaldo que estamos obteniendo sabemos que no.
Por lo tanto es hora de cada uno piense quién estaba antes, no podemos llegar y querer cambiar lo que lleva toda la vida allí y cumple las normas.
Antes de querer cambiar todo nuestro entorno, tengo que pensar en cambiar yo y en que hay más soluciones que la denuncia, el diálogo siempre ha sido la mejor manera de entendernos. Por nuestra parte no nos queda más que invitar a todo el que quiera a compartir con nosotros un rato de convivencia y oración y mientras compartimos una copa llegar a conocernos.