¡Vaya 2012 que llevamos con la pérdida de jóvenes antequeranos, quienes con apenas 20, 30 ó 40 años, se nos han ido antes de tiempo! ¡Alguna explicación tendrás, Señor, para que dejen su tierra a edad temprana! ¡Alguna explicación habrá!
Los héroes son aquellos que ganan batallas, que superan lo imposible, que son orgullo de su tierra, que marcan un antes y un después, que crean veneración entre sus familiares y amigos. Pues uno de estos héroes es José María, «Chico», un joven que ha estado años, duros años, combatiendo el cáncer, ese mal que desgraciadamente, asola y visita ya casi todos los hogares.
Muchas veces hablamos y comentamos el amor de padre, el amor de madre, pero pocas veces nos paramos a pensar en el amor de hermano. Con el sufrimiento, es cuando más lo percatas. Y aunque llevo años viviéndolo con los míos, este año 2012 es horroroso de casos de amor de hermanos. Lo fue primero con Juan Antonio; luego con Isabel; más tarde con Manolo; y ahora con José María.
No sólo tenemos que buscar el amor de padres, también el de hermanos. Ésos que parece que nunca están, pero siempre aparecen cuando más los necesitas. Un hermano que cuando peor lo puede estar pasando él, en vez de pedirte ayuda, te la da a ti. Un hermano que sabe, conoce, lo que le pasa, pero intenta disimular su dolor, para aliviar el de los que sufren por su mal.
Esto volví a respirar por un hermano, esta vez por «Chico», cuando vi a su familia, a sus hermanos, llorar por él el día de su entierro. Esto es lo que se repite con frecuencia, lamentablemente, en este año 2012.
Para intentar superar este dolor imposible de compartir, imposible de borrar, imposible de superar… oso aconsejar que a estos hermanos jóvenes que se van en plena flor de la vida, los veamos como héroes. Porque lucharon contra toda adversidad, se pudieron ir sin decir adiós, sin poder abrazarlos por última vez… porque son ejemplo de amor a los demás, son HÉROES DE LA REDENCIÓN que CRISTO nos dará con la RESURRECCIÓN. ¡Siempre os tendremos presentes!
