Reverendo padre don Antonio Ramos Ayala:
Estimado amigo: Desde la Junta de Gobierno de esta Cofradía, queremos enviar un afectuoso abrazo de despedida. Nos ha parecido, su labor pastoral, que perdurará en el tiempo, pues ha sabido llegarnos: su humildad, su amor por los últimos, su sencillez, nos han contagiado realmente su forma de llevar una Cofradía, sólo usted sabe las vicisitudes que durante estos últimos tres años hemos tenido y desde aquí queremos dar gracias por su confianza y su apoyo.
Sus homilías no han calado en nuestros corazones y nos han hecho mucho bien. Se nos va, pues, un buen sacerdote, un buen pastor y un buen amigo…
En Antequera deja, sobre todo, la figura de un sacerdote vocacional. Es cierto que el camino a veces se hace duro, que aparecen peldaños difíciles de subir, pero desde aquí toda la Junta de Gobierno de la Pollinica le enviamos todo nuestro ánimo para que sigas adelante, ya que hoy en día, se necesitan sacerdotes como usted, donde lleven el consuelo y la caridad en estos tiempos tan complicados y mas la labor, que emprenderá en su nuevo destino.
Allí donde vaya, no olvide que en esta ciudad tiene amigos que le quieren y le recibirán siempre con los brazos abiertos.
Y le pedimos a Nuestros Titulares y a Nuestra Señora de la Consolación y Esperanza toda clase de bendiciones para usted en este nuevo camino que comienza.
Recibe un gran abrazo de toda la Junta de Gobierno de la Cofradía de la Pollinica de Antequera.
