«Han sido muchos, o no tantos, los años que hemos compartido con Paco, tiempo en los que hemos vivido intensos sentimientos, penas, alegrías… Fueron muchos buenos ratos y también otros tantos……. malos. Paco ha ocupado parte importante en nuestras vidas y creemos que nosotros también en la suya. Desde nuestra debilidad humana no queremos que pase el tiempo sin decirte:
Paco: El pasado viernes estuvimos rezando junto a ti, no por ti, sino contigo, pues no fue un día de luto, sino de paz.
Sabemos que a partir de ahora tu presencia física no va a estar con nosotros, pero estamos seguros de que lo más importante de tu persona permanecerá siempre en nuestro corazón. Tu espíritu, tu alma, se quedará a nuestro lado para siempre. Los que hemos convivido contigo, «creemos que Dios es amor» y tenemos la certeza de que el amor es más fuerte que la muerte y, es por eso, que nada nos separará. Queremos creer y creemos, que la vida no acaba con la muerte, sino que es el paso hacia otra más plena en la que un día nos encontraremos en un abrazo eterno.
Somos conscientes de que al atardecer de la vida seremos juzgados sobre el amor. Tú, en tu encuentro cara a cara con Dios, llevas una alforja llena de aciertos y también de errores, pero has vivido la vida con honradez y dignidad, y así han quedado bien demostradas, de forma patente y clara, tu integridad y honestidad como educador y como persona. Te has preo-cupado por tus alumnos, has amado a tu familia, a tus amigos… Has disfrutado, con tu trabajo, y con tu gran afición a los caballos. Ahora te ha tocado enfrentarte al más verdadero y auténtico juicio, y has podido decirle a Dios: «Aquí te presento Señor mis talentos, mis aciertos y mis fallos». No te harán falta ni testigos ni pruebas, porque Dios ya te conoce y te reconoce tal como eres, sabe tanto de ti, como un Padre-Dios que todo lo ve. Estamos seguros de que Dios te ha dicho: hijo pasa y siéntate.
No podríamos terminar estas letras sin las palabras del Salmista que están llenas de amor y consuelo: «Dice el Señor: Paco, no temas pues Yo estoy contigo. No te inquietes, pues Yo te he rescatado y te llamo por tu nombre…
¡Paco descansa en paz, descansa en Mí!