Como su propio nombre indica una tendinitis es una inflamación de los tendones. De todos nosotros es conocido que el tendón es imprescindible para el correcto movimiento de nuestro cuerpo porque une el músculo al hueso. Una tendinitis puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo, pero estadísticamente se sabe que es más habitual en el codo, la muñeca y el talón.
Estoy seguro que muchos de nosotros hemos sufrido una tendinitis en alguna ocasión, casi siempre por sobrecarga o por alguna pequeña lesión. Lógicamente si practicamos ejercicio físico intenso o realizamos tareas muy repetitivas somos más propensos a sufrir una tendinitis. Por otro lado, la tendinitis también puede ser secundaria a otras enfermedades como la gota o la artritis reumatoide. Tampoco debemos olvidar que por naturaleza el tendón pierde elasticidad con el paso de los años, siendo más susceptible de sufrir lesiones. El principal síntoma que produce la tendinitis es el típico dolor cercano a la articulación al realizar algún tipo de movimiento. En función del grado de afectación y de la zona en cuestión una tendinitis puede producir inmovilidad parcial o total en muchos casos.
Lógicamente si practicamos ejercicio físico intenso o realizamos tareas muy repetitivas somos
Recordemos que no existen «curas mágicas» para la tendinitis, el cuerpo necesita su tiempo para sanar. El tratamiento debe combinar la fisioterapia junto a fármacos del tipo antiinflamatorios no esteroídicos. Es recomendable el reposo relativo y en algunos casos puede ser necesaria la administración local de corticosteróides a modo de infiltraciones. Un poquito de paciencia tampoco vendría nada mal para algunos de estos pacientes.
Para acabar, desde estas líneas hoy quiero mostrar todo mi apoyo a aquellos amigos que están atravesando tiempos difíciles, de lo que no me queda ninguna duda es que resurgirán con más fuerza y esplendor.
