No se si ustedes sabrán que existe una pequeña bolsa llena de líquido, como un pequeño saquito, que actúa como amortiguador entre las articulaciones, los tendones y los músculos. Cuando esta zona del cuerpo se inflama se produce una bursitis, esto ocurre en zonas del cuerpo tan importantes por su funcionalidad como el codo, la cadera, el hombro y las rodillas.
Las bursitis se pueden producir por infinidad de situaciones bien distintas. Normalmente las bursitis son secundarias a otras patologías como la gota, la artritis reumatoide o los traumatismos. También una bursitis pueden ser consecuencia de un aumento en la actividad física, una sobrecarga o incluso el sobrepeso. En otras muchas ocasiones se desconoce realmente la causa que las produce, podría entenderse como una degeneración parcial y transitoria de esa zona. En cualquier caso, las bursitis además de la inflamación cursan con dolor intenso y rigidez articular al realizar el movimiento. El diagnóstico lo establece el médico traumatólogo por la sintomatología y se puede confirmar con alguna prueba radiológica si fuera necesario.
Las bursitis se pueden producir por infinidad de situaciones bien distintas. Normalmente las bursitis son secundarias a otras patologías como la gota, la artritis reumatoide…
En el tratamiento de la bursitis juega un papel fundamental la fisioterapia, lógicamente los fármacos que se utilizan en esta ocasión son los antiinflamatorios. En algunos casos es muy útil la infiltración local con corticosteróides y en muy pocas veces es necesaria la cirugía. Evidentemente se recomienda una actividad física moderada o incluso nula en la zona evitando los movimientos repetitivos. Si usted padece una bursitis no se desespere porque puede llegar a tardar en sanar varios meses. Para acabar, hoy le quiero enviar un besazo a aquellos niños que han comenzado el año escayolados.
