De dar explicaciones. Mucha gente pregunta acerca de los beneficios que ha generado el mercado solidario Antequera Une y dónde han ido a parar. No se ha tardado en contestar de manera deliberada, todo lo contrario, asegurar dónde se empleaba el dinero lo mejor posible y atendiendo lo más perentorio ha demorado la respuesta. Dos familias en Antequera disfrutan de un cuarto baño, en un caso totalmente nuevo y en el otro reformado. Se ha atendido la demanda de una lavadora, gafas graduadas, alguna visita al dentista, en un caso de infección grave y se está ayudando a pagar un piso a quienes estaban en la calle. Todo se ha mirado con lupa de manera objetiva, y obviando cualquier peso emocional de las ayudantes con las ayudadas.
Queda un resto para terminar un proyecto iniciado anteriormente para tratar de dignificar una vivienda, que si bien ya se contempla que no es suficiente, al menos, algo se mejorará. Ni qué decir tiene que ya estamos dando los primeros pasos para el próximo y que la colaboración de tanta gente de bien altruista y anónima que se extiende por la ciudad y comarca, es la clave de éxito.
Las organizadoras lo tenemos fácil, nos hacen llegar todo tipo de objetos para vender, nos arropan y miman, ni el más leve signo de desconfianza, y ayudas… tantas que nos emociona. Local, mobiliario, mano de obra, colaboración para todo, ha superado todas las expectativas y, lógicamente, las ganancias previstas. Así que lo que es bueno hay que seguir trabajándolo para hacerlo mejor. Ampliar los colaboradores y por ende, llegar a cubrir más necesidades. Dispuestas a recibir de todos, la generosidad no es exclusiva ni partidista. Eso lo dejamos a los partidos, que unos a otros se lanzan dardos envenenados. Pero todos han de mirarse para adentro y dejar de admitir que algo huele mal, y preguntarse en las miradas de los ciudadanos si algo huele bien.