Sí, no he podido resistirme a hablarles en esta columna del Concurso Nacional de Cortometrajes Ciudad de Antequera, mucho me duele hacerlo, pero creo que estoy en mi derecho como antequerana a manifestar lo que pienso, y para ello utilizo lo que tengo a mi alcance.
De verdad que me dio una gran pena encontrarme el Teatro Municipal Torcal casi vacío en la noche del sábado 28 de septiembre para la entrega de premios, de todo corazón este concurso no se merece esta respuesta. Sé que los antequeranos somos muy especiales para algunas cosas, y actividades bien organizadas no cuentan en muchas ocasiones, con el respaldo de sus ciudadanos. Todo eso lo entiendo, pero este concurso no es nuevo. La muestra, su prestigio nacional y la cantidad de trabajos que anualmente se presentan al mismo, con una gran calidad de las cintas, muchos ya con premios o futuros premios en su haber. La semana de proyección de la sección del jurado cuanta con un público firme que no falta a la cita, entonces ¿por qué para el momento más importante no se responde?
Sabemos que no se dan premios económicos, es lógico, pero quizá le falta un aliciente importante para hacer que el público asista a esta cita. Muchos años hemos tenido de presencia de grandes artistas que unas veces han presentado este acto y otras se les ha realizado un homenaje.
Vale, no hay dinero para ello, pero creo que si en la ciudad se tiran de algunos hilos para algunas cosas ¿por qué no tirar de los mismos para dar un espaldarazo a este concurso que va por sus dieciséis años de vida? No creo que cueste tanto trabajo querer, es poder.
Se podría invitar a colectivos que pueden estar en conexión directa con este concurso. Desconozco si se ha hecho, por ejemplo, con los alumnos del Taller de Cine, pero si no, un correo electrónico no cuesta nada, para que acudan y tengan esa chispita de interés.
Este año, ni siquiera se ha hecho presentación del concurso… De verdad, una pena que siento enormemente, y que me gustaría que tuviera un final feliz en un lleno en 2014.
