Al publicar esta noticia, el jugador se puso en contacto con El Sol de Antequera, para desmentir las afirmaciones de Galán. En primer lugar, su lesión no es tan grave, como mucho para siete días y no sería problema para seguir jugando, ya que en Benidorm llegó a jugar incluso lesionado.
Sobre su marcha es porque el Club «no me ha dado un duro ni el piso» que le prometieron en un principio y que no han realizado en estos 24 días. Milos estaba alojado en un hotel. Él quiere seguir jugando en España por lo que desmiente que se vaya a su país y quiero seguir jugando en su pasión: el balonmano.
Por su parte, el entrenador Eduardo Izquierdo, lamenta no poder contar con Milosevic, ya que «cuento con él, es un buen jugador y el equipo ha notado su incorporación. En Benidorm salió y consiguió cuatro tantos seguidos. La lesión, hasta que yo sé, no es tan grave, pero aún no he visto el informe médico y no puedo opinar sobre su alcance. Me gustaría seguir contando con él, es una pena que se vaya, porque es buen jugador y buen chico. Si el problema es económico o extradeportivo, es algo que le corresponde al Club y no a mí».
De nuevo hemos intentado hablar con Galán, pero tiene el móvil apagado. La salida de Milosevic provoca una nueva brecha en la temporada del Meridiano Antequera que pinta con un final agónico. Esta semana, una nueva baja.
El Club Balonmano Torcal lo presentó en la tarde del martes 21 de enero como fichaje que ocuparía los puestos de los cuatro jugadores «expedientados». Pero no ha durado ni tres semanas. Ya el último partido, jugó con molestias. Según Galán, ayer estuvo en el Hospital de Antequera, donde le examinaron la lesión de de abdomen que le dejaría fuera de las canchas por mes y medio.
Galán descarta, por su parte, que haya ningún problema económico con él, agradeciendo el gesto que ha sido él el que ha pedido marcharse por no poder aportar nada al equipo de Izquierdo por su lesión
Procedía del Bidasoa de Irún de la Liga Asobal, donde jugó los dos últimos meses, procedente del RK Vojvodina serbio. Milosevic es de 1985, mide 1,96 y pesa 106 kilos. Se califica como «un luchador» y esperaba aportar todo lo que pueda al equipo. De familia de balonmano, su padre fue entrenador del Algeciras y su hermano milita en el Cuenca.