domingo 13 julio 2025
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El Corpus Christi encuentra cómo recuperar su esplendor en Antequera: visitar las parroquias y salir por la tarde

Las parroquias son la base de una Iglesia viva como se pudo comprobar este domingo en el Corpus Christi en Antequera donde se apuesta por rotar por las diferentes parroquias y abogar por las calles estrechas y de barrio en lugar del recorrido oficial de las cofradías de Semana Santa.

Iniciativa esperanzadora donde en unos tiempos donde cada vez hay más procesiones, pero se reduce la gente en las aceras, el Corpus fue todo lo contrario. Lleno en la salida desde San Pedro, a pesar de ser domingo 22 de junio y padecer 37 grados, así como destacada afluencia en las aceras, sobre todo hasta San Francisco.

Año en el que acompañó más gente, además de los familiares de los niños de Primera Comunión. Se notó cómo San Pedro y la Cruz Blanca aprovecharon que salía el Corpus de su parroquia para acompañar a Jesús Sacramentado, al igual que fueron tras la Custodia.

Misa en una espectacular San Pedro

A la iglesia mayor y colegial de San Sebastián, este año le tomó el relevo San Pedro, el templo con aires de catedral que se llenó hasta la puerta. No recordamos tanta gente participando en una misa del día de la procesión de las procesiones.

El arcipreste Antonio Jiménez presidió la Eucaristía, concelebrada por párrocos y religiosos de nuestra ciudad, contando como maestro de ceremonias el párroco Francisco de Paula Aurioles.

Participación de los jóvenes y miembros de las diferentes Cáritas Parroquiales, donde la mujer es el sustento del brazo que ayuda a los necesitados. El coro de los colegios de la Beata Madre Carmen acompañó musicalmente. Entre los asistentes, el alcalde Manuel Barón, quien junto a la concejal más joven, Marta González, rindieron el Pendón en el momento de la Consagración.

La misa no terminó en San Pedro, sino que continuó en procesión hasta San Sebastián. Es lo que hace de diferente esta festividad. Tras la Comunión, el párroco titular se encargó de llevar el viril con el Cuerpo de Cristo hasta la Custodia, que aguardaba en la entrada del templo. Le ayudó el orfebre José Cantos.

Procesión desde San Pedro hasta San Sebastián

A las 20,25 horas salía la Custodia por las puertas de San Pedro en un momento histórico. Una cruz alzada con dos ciriales abrían el cortejo, seguidos por los niños que han realizado este año su Primera Comunión. Luego, los guiones de las cofradías de Gloria y de Pasión, con la particularidad este año de ir unidos por filas, pidiendo que sólo fuera uno o dos representantes, a ser posible jóvenes de cada hermandad. Se evitaron las largas filas de directivos, por lo que fue más amena de ver la procesión.

Luego, el estandarte de Cáritas Arciprestal con Yolanda González al frente, así como todas las parroquias. Un cuerpo de acólitos con 4 faroles antequeranos y dos turiferarios abrían el paso a la Custodia. Juan Antonio Castilla Luque dirigía el trono Jesús Sacramentado, portado por hermanacos con traje oscuro. Estuvo flanqueado por una escolta de gala de la Policía Local.

Seguían los sacerdotes tras al Santísimo, cerrando el Arcipreste. Tras el clero, el alcalde Manuel Barón, la concejal Marta González portando el Pendón, así como los tenientes de alcalde Antonio García Mendoza y José Manuel Fernández y la edil María Enrile.

Continuaba la banda de los colegios de las franciscanas de la Beata Madre Carmen. Si el año pasado surgieron como plausible ayuda a una organización del Corpus que no estuvo acorde a su importancia, este año se siente como una extensión de la Custodia, fusionando marchas de la banda con cantos eucarísticos, porque rezan en forma de canciones y marchas.

Seguía de inicio cerca de medio millar de personas, entre ellos religiosos de la ciudad. Muchas familias y personas activas en la realidad de la Iglesia. Se tuvo en falta a cofrades que hubieran ido en el guión habitual y se esperaba fueran tras la Custodia. Los cofrades que no estuvieron en el guión o bajos las andas, deberían de sumarse con el pueblo acompañando al Señor. Es la procesión más importante, algo que no falta decir ni en cursos ni en certificados. Lo que es, es.

En su caminar, los altares destacaron y la decoración de fachadas, del suelo de San Pedro o de la torre de San Sebastián. El Consuelo que montó su altar con San Isidro Labrador y Santa María de la Cabeza en la Plaza de San Pedro; el Rescate en la Cruz Blanca con un Niño Jesús trinitario; Los Estudiantes en San Francisco con el santo franciscano; el Rosario en la Casa de las Columnas de calle Lucena con un extraordinario altar con su advocación mariana (espectacular montaje y la vida al mismo con parte de su cortejo procesional de octubre como los niños de santos arcángeles); La Pollinica en su templo con el Corazón de Jesús; la Hermandad de la Salud con un San José en una fachada en calle Infante don Fernando; la Parroquia de San Sebastián con San Luis Gonzaga en la plaza y la Cofradía de “Arriba” bajo la torre, donde se procedió a la bendición final.

Así, la Custodia pasó por el siguiente recorrido: San Pedro, Cruz Blanca, Lucena, Duranes, Plazuela Pura Campos, Acera Alta, San Francisco, San Zoilo, Villodres, Diego Ponce, Madre de Dios, Lucena, San Agustín, Infante don Fernando y San Sebastián donde se impartió la bendición final pasadas las 22,30 horas.

Terminaba un Corpus diferente, donde el Arcipreste delegó en los párrocos de los templos de salida y llegada, para que fueran los que portaran el viril. Gran esfuerzo por salir un día con 37 grados al salir y 32 al recogerse. Y más en un año que ha caído tan tarde, en vísperas del último de clase de colegios. Pero salió, se dio un giro y se contó con más acompañamiento de años atrás. Habría que remontarse a los años 90 para recordar un acompañamiento como el de este año.

Algo está cambiando y lo mejor: se percibe que es el principio de lo que puede proponer el Arciprestazgo para el Corpus. Las cofradías habrán tomado nota para sus desfiles y seguro que los cofrades a los que aún les falta un plus de formación, habrán percibido que la esencia es el Señor Sacramentado, el último y más importante escalón de nuestra fe, el camino que deben de llevarnos las advocaciones religiosas. Así que apunten el 7 de junio de 2026 en rojo, debe ser un día al que se le dedique todo el esfuerzo e importancia que a sus salidas procesionales. Amén.

Más información edición digital www.elsoldeantequera.com y de papel el sábado.
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