La Virgen de los Dolores es Antequera. Hacía años que no se vivía una compenetración tan intensa del barrio y devotos con la Virgen de los Dolores. Basta ver cómo estaban llenas las calles y Santiago y la Carrera de Madre Carmen y Las Descalzas y cómo le aguardaban en su regreso.
Ver mecer el palio del siglo XIX y sentirlo con las marchas magníficamente interpretadas por la Banda de las Flores de Málaga fue una delicia. Y más como iba vestida la Virgen en su peana. Todo ello eclipsó el mal tiempo, las prisas, los parones y los desencuentros. Lo que la Virgen de los Dolores cons¡gue llega el corazón. No le hacen falta vítores importados, Ella tiene los suyos propios…: «¡Doloooooooes!». Responde el pueblo: «¡Guapa, guapa y guapa!». Es una forma de volver al pasado cuando todo comienzo tuvo un inicio.
Empezamos por el principio. Se suspendió el desfile de la armadilla por la lluvia. Se esperó dentro y fuera de Belén y primera reunión de la junta directiva. La hermana mayor Almudena Caballero comunicaba primero que aguardarían a las 19,30 horas y si todo iba bien, saldrían. Consultas, llamadas, el Consuelo que sale y los Dolores que intentan acortar por Lucena.
Llega la hora y deciden salir. ¡La que liaron los jóvenes dentro de Belén al enterarse que marcharían! Se abren las puertas y el barrio que parecía que iba a haber «encuentro» con los del Consuelo. Pero no, estaban allí para ver a la Virgen de los Dolores. Es el lugar con más gente en Semana Santa, junto a la salida de la Cruz Blanca con el Rescate o los añorados «encuentros» de Paz y Socorro en San Sebastián.
Pausada salida y los tres tronos que ya estaban en marcha mientras que el Consuelo iba por San Agustín. Las puertas de Santa Eufemia abiertas para recibir a la cofradía hermana. Solemne paso por la Carrera de Madre Carmen. Silencio, respeto y las aceras llenas como en los buenos tiempos.
Paso por la iglesia de la Beata Madre Carmen. Rezo místico de las franciscanas al pasar cada una de las imágenes. Llegará el día en el que todas pasen por allí. Es ya el epicentro de la religiosidad local y del corazón de Andalucía. Pero a veces se va tarde en el mundo de las cofradías.
En Las Descalzas, el orden del cortejo hacía el silencio entre las personas que la contemplaban. Y desde Algeciras, una mujer que sale a la calle y le reza saetas a las imágenes. Cuando salen del corazón, las mejores.
Y subida por calle Encarnación, llegada a San Sebastián y viene el aviso de lluvia y finalmente acortan por Lucena en vez de seguir por Infante don Fernando como estaba previsto. Bajada ligera hasta llegar a Madre de Dios.
La directiva que se plantea acortar por Diego Ponce o Duranes, ya que el aviso era claro. Pero no, se opta por el recorrido más largo y se sube hasta la Cruz Blanca, allí se hace tiempo para la «despedida» en vez de llegar antes a Belén.
Saludos efusivos entre los de San Pedro y Belén, paso ligero de los tres tronos y las aceras que suspiran por lo que se ha solido vivir en Santiago. De nuevo un acelerón de la marcha y los tronos que llegan a Santiago. No hubo «vega» ni «encuentro» de los tres tronos. Fueron directos para Belén y entraron uno a uno, con petaladas (habría que recordar que no es recomendable los pétalos con el agua y el oro) y mecidas últimas al son de Las Flores.
Concluía una procesión diferente, distinta, con muchos matices, pero con lo esencial de una procesión: que su barrio y sus devotos rodearon en todo momento a su Virgen, la de los Dolores.