El Cristo de la Salud y de las Aguas entró a su templo a las 23,50 horas, tras cerca de 5 horas de recorrido por las calles de la ciudad, en una tarde-noche espléndida, con agradable temperatura, sin nubes y con la ligera brisa primaveral.
Al subir el Señor al Portichuelo, llegó a «encontrarse» con la Virgen del Socorro, a cuyo término dio media vuelta y comenzó a bajar por su Cuesta Real. A las 23,30 horas, llegaba a su plaza, con muchos devotos que despidieron al Señor que entró en su templo a las 23,50 horas.
Una procesión, con mayor orden, motivado por la disminución de gente alumbrando en filas delante de la imagen, que optó por ir detrás; un año en el que se apreció un mayor acompañamiento de fieles que viven en la ciudad, en todo el recorrido, notándose sobre todo desde San Sebastián.
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Amplio reportaje, edición impresa de «El Sol de Antequera», sábado 29 de mayo.
