La Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Málaga tiene como presidente al antequerano Baldomero Bellido Carreira (1964) a quien entrevistamos en unos tiempos donde de nuevo el campo pide más atención de cara a la reforma de la PAC (Política Agraria Común) que tantas reivindicaciones suma cada vez que se intenta modificar. Empezamos indicándoles que suponemos que ha desayunando su mollete con su aceite y jamón.
¿Cómo habéis visto desde ASAJA esta polémica?: “Realmente se pretende dar una seguridad e información adicional al consumidor, pero esta información tiene que venir contrastada y no crear más confusión. El que exista esa información es bueno, pero aparejado a una práctica sobre cómo se tiene que catalogar cada uno de los alimentos. Tenemos por un lado que la dieta mediterránea es patrimonio de la humanidad basada en estos productos como el jamón o el aceite. Se penaliza el aceite por el contenido en grasa que tiene, nadie se bebe un litro de aceite. Es una grasa saturada que baja el colesterol. Es un zumo a diferencia al resto de aceites de semilla que no es que sean malos, pero se obtienen por procedimientos químicos y este aceite es por prensado, sin procedimiento químico con lo que es un producto elogiable que, sin embargo, lo catalogan contando solo por el tema energético que se llega consumiendo en cantidades desorbitadas”.
Con lo contento que estaba el sector del aceite con el cambio de presidente americano y ahora ocurre esto: “Esa bondad que tiene que está siendo mundialmente reconocida pues se está encontrando con esas trabas en el mercado como la arancelaria que no tiene nada que ver con la alimentación como son los aranceles de aviación. Según la empresa tiene un conflicto con las ayudas que se le otorgan y para compensar se les dan la oportunidad de aplicar aranceles a determinados productos y no tienen otro producto que aplicar al aceite español. Esto rompe la unidad de mercado y la UE. Cuando se imponen, es difícil conseguir que se les conceda esos aranceles. Y una vez que se logra es muy difícil cambiar esa política. Hay que hacer mucha labor burocrática internacional para intentar que no se convierta en una guerra que afecta al final a los productores porque Europa también tiene la posibilidad de poner aranceles a otros productos americanos. Estas guerras no beneficia a nadie y los principales perjudicados son los productores americanos y europeos”.
¿A qué se dedica ASAJA?: “Una organización profesional de agricultores y ganaderos. Somos socios de una Asaja nacional con participación en Bruselas. Hay una Asaja Andalucía en la que participamos las 8 provincias y luego cada provincia somos independientes y en Málaga por ejemplo representamos entre 5.000 y 6.000 socios que oscilan dependiendo de las dificultades normativas. El principal objetivo es defender estos intereses de agricultores y ganadores, y aparejado a este objetivo implementar servicios a ellos para tener un asesoramiento completo de su explotación. Tenemos oficinas en las cuatro comarcas de Málaga (Ronda, Vélez, Antequera y Málaga) con la central en Málaga. Por el dar servicios a nuestros socios nos hace contar con los mejores profesionales de este sector. Hay muchas asesorías fiscales, pero especializadas en este sector solo la nuestra. Las consultas son muy numerosas. Y en el caso laboral, somos la única empresa que funciona como Patronal a la hora de negociar con sindicatos y Comisiones Obreras el convenio de actividades agropecuarias y damos ese asesoramiento laboral, jurídico, de ayudas, forestal, energético, ganadería”.
También labor de investigación: “Colaboramos y ayudamos en la divulgación de esa información. Estamos en contacto con centros del Csif, centros IFAPA, también con proyectos europeos para intentar evitar la propagación de una enfermedad que fuera crítica para los cítricos en Europa y eso lo estamos liderando nosotros en colaboración con la Universidad de Francia, Portugal, Italia y de España. Una forma de coordinar en el sentido de que esas investigaciones se dirijan a esos socios nuestros y sus necesidades. Nuestra misión no es solo defender sino estar por delante en todos esos temas que en un futuro puedan afectar a la agricultura o la ganadería”.
Cuando vemos esos números de las vacunas, trabajar en un organismo de salud es muy complicado. ¿Qué piensa que pasa con la UE y las vacunas? “Realmente, el invertir en investigación nos hace fuertes en una situación como la que nos hemos encontrado, el no invertir nos hace vulnerables. Esta situación pone de manifiesto lo que has comentado, cuando nos dicen que tenemos que tener los alimentos en una despensa dentro de las fronteras, pues igualmente tenemos que tener la tecnología y la posibilidad de atajar estas cuestiones. En el caso de la ganadería vivimos muy de cerca este problema de las vacunas porque hay enfermedades que necesitan una determinada vacuna porque mutan los virus y aparecen enfermedades que necesitan vacunas. Por eso el sector de los veterinarios y de los ganaderos están muy acostumbrados a estas pandemias e igualmente deberíamos tener esa formación y la capacidad de detener estos problemas en el ámbito del ser humano”.
Se habla de sanitarios, repartidores, pero si no llega a ser por su sector este año la producción hubiera sido un problema, sobre todo, en confinamiento. “Parece que la memoria se borra rápido, el día 13 del año pasado fue la gran tractorada que hicimos manifestando y reivindicando la importancia del sector agrícola y ganadero. Esa falta de precios de los productos que ponemos a disposición de la sociedad y también que exportamos a otras partes porque nuestro sector es muy productivo y así se ha demostrado. Justo después vino la pandemia y el temor de desabastecimiento y parece que no nos acordamos de esos supermercados vacíos, la psicosis. Pronto se vio que no iba a ser así porque la agricultura no paró, la ganadería tampoco y fuimos surtiendo de todos los productos necesarios. Si hubiéramos tenido que parar esta actividad sí hubiera habido desabastecimiento, pero no fue así. Al final todo continuó produciendo”.
Volviendo a aquella tractorada, ¿hizo efecto la reivindicación? “Realmente era más reivindicación de precios y de imagen de nuestro sector que creo que estaba bastante demonizada. Gracias a esta tractorada y la esencialidad que se ha visto durante el confinamiento creo que se ha visto que somos necesarios, pero no se ha visto reflejado en esos precios que pedíamos para determinados productos porque siguen estando mal. De hecho la facturación del sector en Málaga el año pasado fue negativo y ya veníamos de otro año que era negativo. Venimos de dos descensos consecutivos y, sin aventurarme mucho, veremos cómo sale este año, pero no creo que recuperemos esos dos años de los que venimos, ni superar la facturación del año anterior. Es un sector vivo y dinámico que tiene que seguir porque somos necesarios pero ese problema que se intentó arreglar con la ley de cadena alimentaria que realmente se hizo deprisa y corriendo, su aplicación no está siendo muy efectiva. De hecho ya ha habido dos modificaciones y estamos en una tercera. Valoramos que exista en la ley, pero necesitamos que sea aplicable y fuera a obtenerse el fruto y el fin para el que ha sido destinada y no sea una ley que cree más problemas que soluciones”.
La pandemia puede ser la excusa para retrasar la ley y no dar respuesta a sus manifestaciones. “Hubo una respuesta rápida después de las manifestaciones. Se dictó una ley, pero de una forma tan precipitada y digamos que en el papel era muy bonito, pero su aplicación no ha sido factible. Lo que se decía y su fin es que una distribuidora no pueda comprar a un precio que solo cubra los costes de producción del sector primario, pero de esa forma queda muy bien, pero la forma de aplicarlo es muy complicado”.
¿Y cuál es su solución?: “Matizar ciertas partes de esta ley porque cuando tenemos un producto excedentario no tenemos una igual de costes de producción y no es porque haya zonas más efectivas o menos sino porque una zona tiene unos costes de producción muy altos y que tienen que tener una consideración especial. Centrándonos en el producto que más abunda en Málaga que es el aceite de oliva, no es lo mismo producir en una zona llana con una mecanización más fácil y barata que en la zona noreste de la provincia, todas las villanuevas y esas zonas que tienen una orografía muy complicadas y los olivares no son fácil de hacer eficientes porque tienen unos costes y sí sustenta una población que tiene que tener esa consecución. Si bien existe el problema de los precios, ahora nos enfrentamos a este problema de reforma de la PAC y el decreto del período transitorio que también le afecta mucho a esa zona”.
Las eternas negociaciones de la PAC con Europa
¿Cómo va la política en el área común, las negociaciones con Europa?: “Realmente tenemos una unidad de acción todas las organizaciones agrarias y cooperativas de Andalucía. Toda esta reforma es perjudicial para este modelo productivo que tenemos en Andalucía y, en este caso, Málaga. Al final hay que partir del origen de esta ayuda. Esta ayuda se estableció como ayuda del aceite de oliva por la producción que había hasta la fecha, que generó una ayuda para la producción que se tradujo en una ayuda por superficie. Los productos herbáceos que se producían como el girasol y el cereal tenían una ayuda; la ganadería tenía otra. Y todas esas ayudas de tradujeron en ayuda por superficie. Ese fue el inicio y el por qué de la ayuda que se dio no de manera arbitraria sino en base a la producción. Todo esto ha hecho que Europa quiera y que nosotros reivindiquemos que no entremos a lo que pide Europa porque realmente Europa es muy diferente, España es muy diferente y Andalucía es muy diferente. Cada zona productiva necesita una ayuda diferente en función de lo que ha generado y de lo que aporta económicamente a la economía. Y eso no se pone en valor en la nueva política imperante”.
¿Qué pide entonces a Europa? “Hay zonas que por hectáreas cobran más y otras menos. Un agricultor quiere más hectáreas o menos hectáreas, pero el importe que se cobra por hectárea es superior en base a esas producciones históricas y esas regiones históricas que habían producido ese nivel de ayuda. Lo que se pretende es un acercamiento y una convergencia, pero no es sencilla dentro de las determinadas regiones que se establezcan. Ahora mismo en España hay 52 regiones económicas y dentro de cada una se está convergiendo a una ayuda similar en cada región. En Málaga, por ejemplo, tenemos 16 regiones dentro de las 4 comarcas que se dividen: permanentes, cultivos leñosos, cultivos de regadío, cultivo de secano y pasto. El limitar esas 52 regiones a 5 o 7 difumina la agricultura y hace que no se reconozca la realidad y las necesidades de cada zona”.
¿Qué dice el Gobierno de España?: “No está siendo muy activo en esa defensa al sector, está más a merced de lo que le están pidiendo. Esa convergencia debiera hacerse hasta el año 2026 y en estos dos años no pretendieran una convergencia más acusada de lo prevista para ese año. Esto va a dar al traste a sectores muy productivos que es lo que queremos poner encima de la mesa, el hecho de que cuando se dice Andalucía no va a perder mucho, pero es que dentro de Andalucía pierden unos y ganan otros. Los que ganan pues, bienvenido sea, pero realmente no han hecho nada para ganarlo y los que pierden han hecho y aún así pierden. El modelo productivo siempre que se penalice ese modelo productivo, al final lo que hacemos es empeorar nuestro pueblo y pérdida de actividad en la industria. Es dar al traste con el modelo productivo que tenemos en nuestra Andalucía”.
¿Qué consecuencias negativas tiene la pandemia en Asaja?: “Yo creo que no solo a Asaja sino a toda la sociedad. Tuvimos que teletrabajar. Nuestra actividad se considera esencial. Nos pilló justo en la mitad de la tramitación de las ayudas de la PAC. Unas 18.000 ayudas se tramitan de la PAC en Málaga y nosotros realizamos unas 7.000 u 8.000, tenemos un gran volumen. Tuvimos que hacer un sobreesfuerzo y nuestros técnicos hicieron un gran trabajo porque se amplió el plazo para las ayudas. Queríamos trasmitir esa tranquilidad a los agricultores que con las dificultades que estaban teniendo y sus preocupaciones y problemas, tenían una organización que iba a defender e intentar dar solución a todos esos problemas que se planteaban día a día: transporte, ir a trabajar. Al principio fue tremendo, pero se dio solución poco a poco”.
¿Algo positivo de esta época?: “Si hay que sacar algo en positivo es que se ha reconocido la necesidad de contar con una agricultura y ganadería fuerte para tener la despensa dentro de nuestra frontera y asequible para que no lleguemos a una crisis como hubo de mascarillas, pero de pan o leche. Esa cuestión ha quedado patente, pero hay que seguir luchando para que el sector sea rico y atractivo. Aquí tenemos un problema que no nos hace crecer y es la infraestructura hídrica, el agua. Esa demanda de agua de los agricultores para que les haga tener una agricultura desarrollo y les haga tener una agricultura rentable”.
Concluimos con el tema del Puerto Seco. ¿Qué va a suponer para Antequera y la logística?: “Un proyecto como éste tiene una parte negativa como es restar superficie agrícola y energías renovables, pero sí te da garantía de dar más fácil salida a las producciones. Todo lo que es logística es dar bondad para la salida de los productos de la forma más barata y eficiente. Aquí tenemos productos como es el caso de la costa tropical con el mango o el aguacate que va a Europa en 24 horas, mientras que uno que venga de Brasil o México tarda una semana y, claro, la calidad del producto no es la misma. Igual con las hortalizas. Ese mercado de proximidad no se concibe sin un buen transporte y un transporte barato”.