El COVID-19 nos ha enseñado muchas cosas, entre ellas, que hay que apostar más por la Ciencia y que los que nos gobiernan tienen que invertir más en una cuestión que es global y afecta a todo el planeta. La investigación es una pieza clave para mejorar nuestro sistema sanitario y ahí, la neurorradióloga antequerana Almudena Pérez tiene mucho que decir: junto a sus compañeros han sido galardonados con dos premios en el Congreso Nacional de Radiología.
Antequera exporta Cultura, Deporte y, por supuesto, también Ciencia. Hablamos hoy con
Almudena Pérez Lara (Antequera, 25 de junio de 1984), neurorradióloga que trabaja en el Hospital Carlos de Haya de Málaga y que nos atiende días después de haber rebidido dos premios ‘Cum Laude’ en el Congreso Nacional de Radiología, al que cada año se presentan miles de trabajos en busca de obtener uno de los reconocimientos más importantes de la Medicina nacional.
Antequera exporta Cultura, Deporte y, por supuesto, también Ciencia. Hablamos hoy con Almudena Pérez Lara (Antequera, 25 de junio de 1984), neurorradióloga que trabaja en el Hospital Carlos de Haya de Málaga y que nos atiende días después de haber rebidido
dos premios ‘Cum Laude’ en el Congreso Nacional de Radiología, al que cada año se presentan miles de trabajos en busca de obtener uno de los reconocimientos más importantes de la Medicina nacional.
Uno de los reconocimientos que recibió, nos apunta,
“nos lo hemos llevado la vocalía de formación”, donde tanto ella como compañeros que han tenido que ir a trabajar fuera de España cuentan su experiencia a la hora de adquirir mayor conocimiento
“y amplitud de especialización”.
La antequerana nos explica que ha sido un trabajo
“muy original porque no hay mucha experiencia sobre eso en España”, recalcando que la aventura de salir de nuestro país reporta
“muchos beneficios” porque cuando uno sale fuera
“trae lo que ha aprendido”. Precisamente su aprendizaje en el extranjero ha sido la “llave” para el estudio que se llevó el segundo galardón y donde los conocimientos de Almudena Pérez son clave.
En este caso fue otorgado a la vocalía de neurorradiología y es de tremenda importancia:
“Hicimos un estudio de inteligencia artificial y un análisis de textura de meningiomas, que es el tumor más frecuente intracraneal. Lo que hicimos fue analizar el aspecto radiológico del meningioma y una serie de datos que extraemos por análisis con el ordenador y con eso fuimos capaces de predecir con un 94 por ciento de acierto si el tumor iba a crecer o no”.
Es una idea muy importante
“porque es el tumor intracraneal más frecuente, normalmente es benigno, pero puede crecer y provocarle problemas al paciente. Con una prueba de imagen somos capaces de decir si va a crecer o no. Entonces podemos decir al neurocirujano si es necesario retirarlo”, detalla Pérez Lara.
Con esta técnica,
“nos permite darle más información al paciente de qué le va a pasar”. Por ello y ante lo destacado de la investigación, recibieron este premio ‘Cum Laude’ en el que compiten con
“muchísimos hospitales a nivel nacional, con lo cual estamos muy contentos”, por este trabajo realizado en el Hospital Carlos de Haya, con la colaboración del Hospital Virgen de Las Nieves en algunos casos.
El COVID, visto desde el Hospital Carlos de Haya
El Congreso Nacional de Radiología se tuvo que realizar este año en un entorno “pandémico” que obligó a que no se realizara de manera presencial. El COVID-19 golpeó con especial virulencia a los sanitarios, entre los que se encuentra Almudena Pérez, aunque a ella lo hizo de una manera particular:
“Lo he vivido desde una situación un poco compleja. Me quedé embarazada y por el riesgo biológico, con el estado de alarma me mandaron a casa”.
Le dijeron
“que no podían garantizar mi seguridad, no sabían si esto afecta a las embarazadas y a los bebés. El no saber da mucho miedo”. En su caso, estuvo dos meses separada de su marido porque él, traumatólogo también en el Carlos de Haya,
“seguía viendo pacientes y pacientes COVID”. Mientras tanto, ella se llevó el empleo a casa y siguió haciendo trabajo clínico e investigando de manera remota.Sobre el antes y el después de esta pandemia que nos ha afectado a todos en mayor o menor medida, explica que el hospital
“ha cambiado en cuanto a seguridad y demás. Tienes que entrar con una identificación, no te permiten acceder a ciertas partes del hospital, la gente está muy concienciada…”.
Cuando va a la zona UCI
“sigue dando un poco de miedo. La zona de acceso a COVID sigue estando estancada, sigues viendo a la gente con los EPIs, sigue ocurriendo. La gente ya no lo ve, no sale tanto en las noticias, pero la realidad es que seguimos teniendo a pacientes ingresados”.
Ha sido, explica,
“una barbaridad. En los primeros días del COVID en la UCI del Carlos Haya parecía que había habido un accidente nuclear, estaba cubierta de plásticos entera, nadie sabía como esto se propagaba, había muchísimo miedo, todo el mundo llevaba los EPIs. No teníamos equipos y el miedo de infectarse era grande”.
Todo ha salido bien, afortunadamente,
“gracias al esfuerzo de los profesionales que vienen aquí, que incluso con condiciones de no tener suficiente protección han seguido adelante y desde luego de la población civil, que ha hecho un gran esfuerzo. Lo vemos a día de hoy, todos entran con sus mascarillas, se limpian las manos… Hay mucha conciencia”.
Las vacunas, claves para la pronta recuperación
La doctora antequerana anima a la vacunación porque
“si no nos vacunamos esto no se termina. Si estamos cansados, la única puerta de salida es poniéndonos la vacuna. Viendo cómo lo han pasado los compañeros, la gente que ha fallecido y lo que se ha vivido en el hospital, lo único que puede hacer la población para los médicos es ayudarlos vacunándose, mantener distancias y seguir haciendo las cosas bien. Si la población no nos ayuda no podemos terminar con esto”.
Una situación, la del coronavirus, que ha potenciado la conciencia de la población sobre la importancia de la medicina y la investigación:
“En la era post COVID parece que la gente está más concienciada con el tema de la investigación y sentimos más el apoyo y la valoración de los pacientes”.
Aún así,
“falta mucho, no hay bastantes medios, a nivel económico no hay bastante apoyo. Tenemos que dar un paso adelante. Se ha demostrado que sin ciencia no hay futuro. Hemos demostrado que nuestra vida, nuestra sociedad y en lo que estamos cimentados depende de la investigación. Gracias a la vacuna y a esos señores que se han dedicado a encerrarse y trabajar podemos sobrevivir a algo que hubiese podido diezmar a la sociedad y cargarse nuestro sistema de bienestar”.
De Antequera a Canadá
La neurorradióloga estudió Infantil y Primaria en el María Inmaculada y Secundaria y Bachillerato en el San Francisco Javier La Salle-Virlecha. Hizo Medicina en Málaga y la especialidad de Radiodiagnóstico en el Hospital Carlos Haya de Málaga.
Posteriormente, cursó dos subespecialidades en la Universidad de McGill (Canadá), una en Neurorradiología Diagnóstica que realicé en el Hospital Neurológico de Montreal y otra en Radiología de cabeza y cuello en el Hospital Judío de Montreal. También, realizó su tesis doctoral en la Universidad de Málaga.