Hablamos con la atleta de Cartaojal Laura Aguilera, que afronta la temporada con el gran objetivo de ir a una competición internacional, pero sobre todo de “seguir disfrutando”. Una conversación con Laura da para mucho. Conocer a esta extraordinaria atleta en todas sus facetas hace que compruebes que el sacrificio y el esfuerzo tienen recompensa. Conciencia, valores y unos objetivos marcados hacen de Laura una gran deportista, pero especialmente una persona brillante.
Las cosas muy claras, los pies en la tierra y los sueños, sin fronteras. Laura Aguilera ya no es la niña que empezó a deslumbrar en el Atletismo hace cuatro años. Ya tiene la mayoría de edad y estudia en la Universidad, pero sus objetivos siguen siendo los mismos: llegar a unos Juegos Olímpicos y conseguir el Oro. Porque así empezó a despertarse la ambición de esta antequerana, cuando vio a una atleta compitiendo en unas olimpiadas por la televisión y sintió automáticamente que ella tenía que llegar ahí. Ni siquiera sabía por qué ni cómo, pero sí tenía claro que tenía que conseguirlo.
El reloj se para cuando hablas con Laura. A pesar de su juventud, transmite una madurez fuera de lo común en cada frase que pronuncia. Las modas que ahora están a la orden del día en los jóvenes de la edad de Laura no son el mundo de la atleta. Su tiempo transcurre de otra forma, entre el esfuerzo del entrenamiento y el sacrificio de compaginar deporte de elite y estudios. Cerca de hora y media da para mucho. En esta conversación nos dio lugar a reírnos, a ponernos nostálgicos, incluso a emocionarnos. Recorremos en esta entrevista la carrera de Laura Aguilera, sus éxitos y también los sinsabores. Medallas, victorias, muchas carreras, lesiones, alegrías, lágrimas, muchísima constancia, esfuerzo, todo ello junto al plano más personal de una atleta que ya ha pasado de promesa a realidad. Laura ya no es una incógnita. Llegó por casualidad al Atletismo, pero lo ha hecho para quedarse y dejar una huella imborrable.
Para llegar a lo que es Laura en la actualidad hay que remontarse a su infancia. Con apenas cinco años, Laura ya comenzó a sentir que la competición era lo suyo, lo que no sabía era dónde estaba su hueco en el mundo del deporte. Sus padres se lo inculcaron desde siempre y ella ahora lo agradece. “Mi padre siempre me dijo que tenía un talento natural para el deporte, desde antes de ganar medallas y encontrar el Atletismo”.
Superar el miedo el agua, su primera medalla
La natación fue el primer deporte que practicó Laura. Sus padres la apuntaron porque le tenía miedo al agua y ahí que fue ella, a enfrentarse a aquello que le aterraba, aunque reconoce que lo pasó mal al principio: “Me daba pánico el agua y por eso me apuntaron a natación. Al principio lo pasé fatal, pero fui aprendiendo poco a poco, mejoré, empecé a competir a los 7 años, fui a algunos campeonatos de Andalucía y fui campeona provincial de Málaga, pero llegó un punto en que no era lo que quería, no me motivaba y le dije a mis padres con unos 12 años que quería descansar de la natación”. Así es Laura, en cada modalidad deportiva que ha probado siempre ha tenido claro que debía motivarle y transmitirle algo especial.
Fue su primera gran medalla, superar ese miedo y comenzar a competir, incluso a ganar. Tras un año buscando cuál era su deporte, encontró algo que la iba a acercar al Atletismo, aunque ella aún no lo supiera. “Estuve un año buscando lo que me gustaba en el deporte, estuve haciendo duatlones y triatlones, mi padre me entrenaba y aunque íbamos un poco por libre, fui subcampeona de Andalucía en duatlón y ahí ya fue diferente, sentía que era capaz de ganar”.
Tras pasar por la natación, el Duatlón y hacer algún pinito en el Kárate, llegó el Atletismo, aunque de ‘primeras’, Laura no estaba muy convencida. “El club de natación en el que estaba se disolvió y algunos de mis compañeros se apuntaron a Atletismo y se lo comentaron a mi padre. Era el nuevo club de Atletismo de Lysvani, el Club Atletismo Dólmenes. Yo había ido a varias carreras populares y se me daba bien lo de correr, pero no me convencía la idea, estaba saturada un poco de deporte, pero a los meses me acordé y decidí apuntarme a probar”.
Y menos mal que decidió probar. Lo que tanto buscaba Laura, encontrar ese deporte que le apasionara, estaba a punto de suceder. Sin saberlo, se acercaba a ese sueño olímpico de la manera un atleta olímpico, su entrenador, Lysvani Pérez. “Que Lysvani fuera olímpico fue clave para decidirme. Hay algo que siempre he tenido muy claro, yo cuando veía las Olimpiadas, no sé por qué, pero yo siempre he querido estar ahí”. Tenía 14 años y comenzaba aquí una prometedora carrera que empezó a dar sus frutos desde muy pronto. Eso sí, empezando desde cero y con la constancia como bandera. “No sabía nada de Atletismo. Partía desde cero. En ese aspecto llegué un poco tarde, con 14 años tenía que aprenderlo todo. Son muchos conceptos complejos que se suelen aprender desde muy pequeño. Lysvani me lo ha enseñado todo. Lo que era una valla, una bola de peso, que se puede aprender corto y largo, un potro de salto… el primer día llegué muy ilusionada a mi casa, no paraba de contarle cosas a mis padres, fue increíble”, nos comenta Laura, con la ilusión aún a flor de piel al contarlo. En este sentido, Laura elogia a su entrenador y le da mucho mérito de lo que está logrando: “Cuando de verdad te gusta algo mucho se nota a la hora de transmitirlo y eso Lysvani lo hace genial. Me lo explicó todo y me transmitió su pasión”.
Los 300 metros lisos, el primer billete al éxito
Partiendo desde cero, Lysvani optó por hacer un entrenamiento muy multidisciplinar para ver dónde podía destacar Laura. Fue así cómo la atleta antequerana encontró lo que luego se convertiría en su gran pasión: las pruebas combinadas, una prueba única que consta de varias pruebas como son 60 metros valla, salto de altura, lanzamiento de peso, salto de longitud y 800 metros lisos en pista cubierta, y 100 metros valla, salto de altura, lanzamiento de peso, 200 metros, salto de longitud, lanzamiento de jabalina y 800 metros lisos al aire libre. “Como no sabía nada, Lysvani me dijo que me iba a enseñar de todo para también darse cuenta dónde me podía ir mejor. Probarlo todo y no limitarme. Por eso empecé en pruebas combinadas. La variedad de esta prueba me conquistó desde el principio, aunque requiere de mucha técnica y entrenamiento. Tengo que estar fuerte para lanzar peso, pero ágil para el salto de altura, tengo que estar rápida para los 60 metros, pero tener resistencia para el 800, requiere mucha precisión en la preparación”.
Sin embargo, los primeros éxitos de Laura no se darían en esta disciplina, sino en los 300 metros lisos, donde a los 7 meses de estar entrenando ya consiguió el billete para clasificarse para un Campeonato de España. “Me sacrificaba y esforzaba mucho, y aprendía rápido. Los viernes por ejemplo casi nadie va a entrenar, pero yo sí iba, pero no empecé ganando. Poco a poco mejoré, y a los pocos meses ya conseguí la mínima en 300 metros lisos para el Campeonato de España, donde me quedé en semifinales. De pronto llego a un deporte y consigo ir a un campeonato. Para mí fue una gran motivación, ya sí me veía en ese deporte, me sentía muy cómoda, disfrutaba muchísimo”. Dicho y hecho. Los sueños de Laura comenzaban a coger forma, ya que de pronto descubrió el ámbito en el que podía llegar a ellos y, como añadido, disfrutarlos desde la pasión.
A pesar de que correr parecía ser uno de los puntos fuertes de Laura, Lysvani no cambió su idea de entrenamiento y siguió apostando por entrenar en todos los aspectos. “Lo fácil hubiera sido quedarme en el 300 metros lisos, pero Lysvany siguió preparándome para poder competir en todo”, señala Laura, que afrontaba su segundo año de cadete y el segundo que competía en Atletismo con mucha confianza, y ahí llegó su ‘boom’. Consiguió el pase al Campeonato de España en Combinadas en pista cubierta, como tanto ansiaba, y logró la medalla de bronce, aunque con polémica recuerda con rabia nuestra protagonista: “El color pudo ser otro, pero estoy orgullosa igualmente”.
“Es una medalla muy especial por ser la primera y por cómo la conseguí. Me dieron por nulo un salto injustamente. Fue un buen salto, el juez lo validó, pero entre unos jueces y otros borraron el salto sin medirlo. Mi cara era un poema. Fue surrealista, estaba algo tocada del coxis e hice ese salto a conciencia para despreocuparme, el salto fue muy bueno, y ya psicológicamente no estaba bien. Me sentía mal porque me robaron ese salto. No suponía un gran cambio, pero en ese momento da mucho coraje porque te has preparado mucho para ello. Fue falta de profesionalidad”. A pesar de aquella anécdota, el bronce fue la antesala de una medalla de plata al aire libre. Llevaba dos años en el Atletismo y Laura ya era la segunda mejor de España de categoría Sub-16.
Primeras lesiones
Es uno de los grandes males del deportista y principal miedo. Llegar a conseguir éxitos en este mundo es realmente difícil. Esfuerzo, horas y horas de entrenamiento y trabajo, algo que se puede ver truncado en un abrir y cerrar de ojos por una lesión. Fue lo que experimentó Laura cuando llegaron sus primeras lesiones. Se le resquebraja la voz incluso al recordarlo y se emociona. Vivió la otra cara de la moneda después de haber experimentado y disfrutado el éxito, aunque hasta de eso, Laura también sacó una lección muy valiosa y más victorias, por supuesto. Porque a Laura no es fácil detenerla cuando se propone conseguir algo, sea lo que sea.
“Con las primeras lesiones que tuve lo pasé mal en algunos momentos. Experimentas lo bueno y lo malo. No todo es bonito, al estar compitiendo te expones a mucho. Es duro, pero lo importante era aprender de estos momentos y valorar cuando estás bien. Mi entrenador volvió a ser clave para darme el apoyo y la confianza que necesitaba para superar esta racha más negativa. Soy muy exigente, me preocupo mucho por que todo vaya bien, lo doy todo, el hecho de lesionarme y no ver resultados me frustraba y me afectaba mentalmente”, reconoce la deportista. Sin embargo, y a pesar de experimentar lo que eran las lesiones, Laura volvió a superarse y no dejar de ganar, tanto en pista como en unos valores que adquirió para su bagaje como persona y experiencia acumulada: “Aunque tuve el lastre de las lesiones, también quedé segunda de España en esta etapa, fui medalla de plata en Tarragona. En estos casos, mi familia y mi entrenador fueron muy importantes. Cuando ganas todo el mundo está contigo, pero cuando de verdad estás mal, ellos siguen estando. Lysvani me ha enseñado mucho, me ha apoyado mucho, transmite muchos valores”, recuerda Laura.
Muchas medallas, pódiums y un sinfín de éxitos ya se acumulaban en las estanterías de Laura. También un aprendizaje intrínseco en la superación de adversidades y un coraje extraordinario para afrontar lo que viniera. Todo ello, unido a lo que más claro tenía y tiene ahora más que nunca: triunfar en el Atletismo. Pero Laura no es de palabras, aunque hablando con ella, nos reconocía que “como coja la carrerilla, no callo”. Laura es de hechos y trabajo, mucho trabajo. Su último curso en Sub-18, la última temporada disputada, también fue duro. Sin embargo, también se sobrepuso a un esguince de tobillo y una lesión en el cuádriceps. Y lo hizo ganando y volviendo a quedar segunda de España. Su esfuerzo hizo que ganara la plata en el aire libre y quedara segunda de España también. En este sentido, Laura nos reconoce la trascendencia de este logro por las adversidades a las que se enfrentó para terminar subiéndose al podio. “Fue muy importante, esta medalla tiene mucho detrás porque comprobé que el esfuerzo obtiene recompensa, era un esfuerzo silencioso porque las lesiones me tuvieron mermada, pero todo mereció la pena al volver a ganar”.
Laura es consciente, a pesar de su corta carrera aún, de lo difícil que es todo de conseguir. También lo es del esfuerzo que hace la gente que está a su lado, algo que agradece muchísimo. “Mi familia ha hecho mucho esfuerzo para llevarme, traerme, siempre entrenando, mis padres me han apoyado mucho y también mi hermana. Es un esfuerzo conjunto, lo que consiga y lo que soy también es porque tengo detrás tengo mucho apoyo. Saben que es mi pasión y se han sacrificado mucho por mí. En las alegrías todo el mundo está contigo, pero cuando llegan los malos momentos es cuando de verdad ves quién está contigo. Mi familia y mi entrenador son muy importantes, porque están ahí cada día”.
El presente: estudios y la temporada la vuelta de la esquina con objetivos internacionales
Tras hacer este repaso por la carrera deportiva de Laura Aguilera, llegamos al presente, el momento actual, el aquí y ahora que vive nuestra atleta. Laura ha llegado a la etapa universitaria, por lo que estudia Magisterio en La Inmaculada, en Antequera, un centro adscrito a la Universidad de Málaga. A lo largo de la entrevista se ha podido comprobar la importancia de Lysvani en la carrera de Laura, tanto es así que Aguilera reconoce que se ha quedado en Antequera para seguir entrenando junto al exatleta olímpico. “Pensé en irme a Granada para estudiar Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, pero mi entrenador es muy importante para mí. Yo me iba a dirigir hacia la educación para ser profesora de Educación Física, por lo que como la educación es lo que me gusta, decidí quedarme. Si luego en el futuro quiero hacer INEF, ya llegará y lo afrontaremos. Ahora mismo esto me permite compaginar los entrenamientos, son muchas pruebas muy técnicas y estar con mi entrenador es muy importante, me tiene que corregir mucho y que todo vaya al detalle, si quiero avanzar de verdad, esto es lo mejor. Si me hubiera ido, por mucho que quisiese, entrenara y me esforzara, mi nivel estaría más reducido, quiero dedicarme a esto y así es como siento que avanzo y progreso”.
Concretamente, sobre Lysvani, la de Cartaojal reconoce que es clave en su carrera y en su vida personal incluso. Este año aumentan los días de entrenamiento a seis, doblando sesión por la mañana y por la tarde ahora que está la temporada encima. Son muchas horas juntos, por lo que estar cómodo en este aspecto es providencial. “Lysvani es mi referente en Atletismo. Él ha sido capaz de llegar a las Olimpiadas, ¿por qué no iba a ser capaz yo? Él confía en mí y yo confío en él, tenemos mucha comunicación, es la base de todo, me ayuda a nivel deportivo, a nivel personal, paso con él muchas horas”.
Llegando al final de la conversación, queda clarísimo que Aguilera es consciente de las cosas que se puede estar perdiendo a favor de conseguir sus sueños. Quizá se está perdiendo experiencias típicas de su edad, pero ella quiere pagar ese precio, visualizar esos Juegos Olímpicos compensa. “Estoy dándolo todo. Si me tengo que privar de salir, me privo. Tengo 18 años y hay muchas cosillas que quizá me pierdo, a veces es un poco difícil, no todo el mundo te entiende, pero para mí merece la pena”.
Recientemente, a finales de diciembre, se celebró en Antequera el Campeonato de Atletismo de Pista Cubierta por equipos Sub-20. Más de 200 promesas del atletismo nacional repartidos en 16 clubes, donde su equipo se llevó la prueba de relevos, convirtiéndose en subcampeonas de España de esta modalidad por equipos y, además, registraron un récord de Andalucía Sub-20 y Absoluto del Relevo. Además, sumó el máximo de puntos ganando la prueba individual de 400 metros lisos. “Muy contenta con las sensaciones de este primer campeonato. Para el punto de la temporada que estamos me acerqué mucho a mi marca personal y eso da buenos indicadores. Tenía muchas ganas de competir y eso se vio en el resultado final”, nos comentaba Laura al término del campeonato, que disputó con el Cueva de Nerja, ya que su equipo de los Dólmenes es filial de él.
Un buen plato de entremeses para la temporada que ya comienza en enero. Laura aspira a todo, tanto en Cubierta como al Aire Libre. Pero por encima de todo, su principal objetivo es hacer la marca necesaria para llegar a una competición internacional, su asignatura pendiente tras superar los primeros años como atleta. “Tengo que entrenar muchísimo porque es lo que quiero hacer, dedicarme a esto y llegar lejos. Pero también quiero seguir disfrutando de lo que estoy haciendo y ojalá conseguir llegar a una prueba internacional. A ver si pudiera ser este año, pero sobre todo disfrutar de esto mucho y lo que vaya viniendo por el camino, bienvenida sea”.
Para terminar, Laura no se corta a la hora de decir cuál es su sueño. “Como objetivo a largo plazo, de manera inconsciente, siempre ha sido ir a las Olimpiadas y ganar. No sabía ni en qué deporte, pero ya sí lo sé. Ir a las Olimpiadas y ser Oro Olímpico. Siempre tengo que tener un objetivo por cumplir y llegar. Ése es mi techo digamos, el más lejano que puede haber, es mi gran sueño”. Una atleta con potencial, una persona con una mentalidad de hierro y las metas a conseguir bien claras y por ella no va a ser.