En unos tiempos en los que los niños quieren ser como Iker Casillas, Andrés Iniesta o los Messi y Ronaldo, te sorprende que te digan: “Pues a mí me gustaría ser como Paradas Romero”, el árbitro antequerano. Pues los hay, se trata del joven de 17 años, Guillermo Paradas Mazuela, que fue invitado por la campaña “Juego Limpio” para asistir junto al equipo arbitral que dirigió el partido entre el Málaga y el Betis. Su sueño es entrenar, ser profesor de INEF, arbitrar y dirigir un Real Madrid-Barcelona… Casi nada. Es uno de los setenta jóvenes que forman el Colegio de Árbitros de Antequera que dirige Pepe Toro.
El Fútbol Español ha iniciado una campaña del Juego Limpio, por el que todos los que lo forman (Liga (LFP), Federación (RFEF), Comité Técnico de Árbitros (CTA), Asociación de Entrenadores y Aficiones Unidad (AFEPE), con el apoyo del Consejo Superior de Deportes (CSD), FIFA y UEFA), intentan promulgar las buenas prácticas en el deporte rey.
Una de las iniciativas es ofrecer la oportunidad a los chavales que arbitran en categorías inferiores, poder vivir un día con los colegiados durante su arbitraje en la Liga de las Estrellas. La Rosaleda fue sede de una de estas experiencias, en las que el partido entre el Málaga y el Real Betis, tuvo como personaje invitado a un joven antequerano, rubio, de 17 años, tres años preparándose para ser colegiado: Guillermo Paradas Mazuela.
Fue elegido como representante de la gran cantera de árbitros que hay en la provincia, teniendo en cuenta su trayectoria y buen hacer en sus inicios. El respeto, la corrección y la deportividad en el fútbol son las premisas que el Fútbol Español quiere impregnar a todos los que aman y viven esta profesión, con el fin de eliminar los malos hábitos que se suelen ver y que devalúan el trabajo callado de miles de deportistas que tienen como pasión este deporte.
Pues el pasado sábado 29 de septiembre, todas las cámaras enfocaban el túnel de vestuarios de La Rosaleda, cuando salió el equipo arbitral acompañado por tres niños, dos con camisetas de la campaña y uno con su propia indumentaria de árbitro, simbolizando la celebración de esta jornada y el elegido como joven en progresión que simboliza estos valores era un chaval de Antequera: Guille Paradas, como le conocen su amigos.
¿Y qué experimentó el joven Guille Paradas?
Y un día le llaman y le dicen… ¡vas a estar en el Málaga-Betis!: “Me llamaron a mí y luego se lo dije a mi padre. No me lo creía, aún me lo sigo sin creer. Me citaron en La Rosaleda, llegué, entré con los colegiados y salí con ellos por el túnel de vestuarios, vi a toda La Rosaleda volcada, estuve junto a ellos y vi cómo preparan, trabajan y coordinan un partido de esta categoría. ¡Fue una experiencia que no olvidaré nunca!”.
Le preguntamos cuál es el objetivo de esta iniciativa: “Pues aportar un final apropiado al encuentro, que se garantice su conclusión mediante un gesto de respeto mutuo, que los equipos y árbitros abandonen el terreno de juego de forma conjunta y se envía a los aficionados un mensaje de deportividad y corrección, tanto los propios, como los del rival y los del equipo arbitral, ya ganen o pierdan… lo importante es jugar al fútbol”.
Y todo comenzó hace tres años: “Me apunté al Colegio de Árbitros de Antequera y lo primero que recibes son clases para aprender el Reglamento y saber cómo interpretarlo en cada momento. Cuando ven que estás preparado, te dan un partido”.
¿Recuerda ese partido?: “¡Por supuesto, mi primer partido! Fui de auxiliar en la Liga Nacional Juvenil, un Málaga-Juval. Me mostré muy tranquilo, pero la verdad que estaba muy nervioso… Fue el comienzo de mi carrera arbitral. Luego comencé a arbitrar entre los Infantiles, Cadetes, Juveniles y hasta llegar al Primera Regional Senior, al que ya accedes si superas también unas pruebas físicas y teóricas”.
Cómo es y cuáles son sus sueños
Un joven que vive por y para el Deporte: “No tengo tiempo para nada más: los estudios y el arbitraje. Además de terminar este año en La Virlecha, los martes tenemos pruebas físicas con Durán, y los jueves clases teóricas con los colegiados Gabriel Gallegos y Javier Moreno. Yo por mi cuenta hago ejercicio todos los días, salvo el día del partido, en el que me concentro”.
Le preguntamos a qué árbitros le gustaría parecerse: “Sin duda, Mario Melero de Segunda División y Paradas Romero de Primera, quien siempre que puede nos manda mensajes y ánimos. Lástima que no pueda ser internacional por la edad, para mí junto a Borbalán son los mejores. Me encanta cómo dirigen los partidos”.
Su sueño en un día no muy lejano es…: “Pitar un clásico, un Real Madrid-Barcelona, sería un culmen a mi carrera y demostrar que los jóvenes del colegio de Antequera han llegado lejos, gracias al esfuerzo de tanta gente, de tantos partidos, de tantos entrenamientos”.
Le preguntamos si es seguidor de algún equipo y nos dice muy prudente: “¡Hombre, tengo mi preferido, pero eso se queda para mí, un árbitro no puede decantarse por ningún equipo. Me gusta el juego limpio, el fútbol bueno, el estilo inglés es ideal para partidos rápidos, sin muchos cortes de juego, pero, anda… te lo diré: El Antequera es mi equipo, y los chavales de la cantera… ¡Cómo están este año los del Preferente Juvenil!”.
Ojalá cumpla ese sueño, estamos seguros que ya hoy es ejemplo de amor al deporte, de jugar en equipo con sus más de 70 compañeros futuros árbitros, entre los que seguro habrá más de un nuevo Paradas Romero y alguno de ellos pitará un Real Madrid-Barcelona.
“A los chavales les aconsejo que no se lo piensen y que prueben a poder arbitrar… es una experiencia única y gratificante”
Guillermo Paradas Romero nace el 3 de noviembre de 1995 en Antequera. Comienza sus estudios en el Colegio de Nuestra Señora del Carmen y ahora mismo está terminando Segundo de Bachillerato en La Salle Virlecha: “Y para el año que viene quiero estudiar INEF en Granada porque mi pasión es el Deporte y quiero vivir enteramente para él”.
Esta ilusión le viene: “De mi padre (Rafa Paradas, gran futbolista y técnico que fue de diferentes equipos en Antequera), los primeros recuerdos que tengo eran con él, visitando campos y luego en la Escuela de Fútbol, hasta Infantil, donde vi que no me llenaba, lo dejé y me comentaron que podía ser árbitro, probé… y ya llevo tres años”.
A pesar de ser un buen lateral izquierdo, se decantó en el arbitraje y apunta alto. En Antequera, no sólo piensan en ser Messi o Cristiano, lo que cada vez hay más son Paradas Romero…: “Aquí gracias a la gente que llevan años practicando esta formación, hay mucha base de arbitraje. Yo les diría a los chavales que les aconsejo que no se lo piensen y que prueben a poder arbitrar… es una experiencia única y gratificante”.
Con apenas 17 años se calificaría como: “Un árbitro que le gusta concentrarse en el partido, y hacer caso omiso a la grada e insultos (es difícil, pero debes controlarlo), al que le gusta dialogar con los jugadores en el campo y dejar jugar, cortar el juego lo mínimo posible”.
Apunten este nombre y el de los 70 chavales de Antequera que llegarán muy lejos…