La vocación y pasión por un trabajo se lleva en la sangre casi desde que se nace. Y éste es el caso del antequerano José Moreno González que durante más de 40 años ha ejercido como bombero.
“Mi vocación surgió a través de mi padre, Rafael Moreno Montilla, que se inició como bombero en 1933 en Antequera, ya que sustituyó al conductor del camión, un tal Vitorino, quedándose en su puesto… En aquel entonces él apagaba fuegos y riego de calles… Siempre que mi padre salía a regar las calles me llevaba con él. Con 4 años ya estaba montado en el camión. También me iba a los toros, mientras él regaba, yo los veía”, explica José.
Sobre sus primeras intervenciones en la profesión, Moreno explica: “Empecé a trabajar como bombero a los 24 años. Antes no había formación y se aprendía solo viendo. Yo estaba al lado de mi padre y veía cómo lo manejaba todo… Yo tengo cuatro hermanos: Rafael, Antonio, Francisco y Luis que en paz descanse, siendo yo el menor y cada vez que había un incendio íbamos todos… El Ayuntamiento nos daba un sobre de dos pesetas, una se quedaba mi padre y la otra nos la daba a nosotros”.
El incendio más difícil y el temor a morir
La vida de bombero es complicada y en ocasiones se enfrenta a situaciones muy peligrosas: “El incendio más complicado al que acudí fue el de Adipa. Aquel día entré en el turno con mi compañero Antonio Suárez a las tres de la tarde y sobre las tres y media fue cuando nos dieron la llamada urgente…” asegura José.
El temor a perder la vida siempre está ahí: “Nos llamaron que el surtidor de Díaz Íñiguez estaba ardiendo. Mi hijo vio el incendio y mi hermano Luis se decidió, cogió el camión y fue al surtidor. Por un lado, mi hijo se metió entre las llamas y mi hermano fuera con la manguera. Cuando llegué y vi a mi hijo dentro me metí… pensaba que no íbamos a salir de allí nunca”, concluye Moreno. Más información, edición impresa sábado 5 de octubre de 2019 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).