En este año 2021, el Efebo a la Popularidad será entregado a Qinyi-Su-Jin. ¿Pero quién es Qinyi-Su-Jin? Por ese nombre pocas personas lo descubrirían, pero hablar de Yoni nos ayudará a descifrar el enigma.
El empresario de origen chino, Yoni Su, abandonaba hace 29 años su región natal de Zheyiang. Algunos familiares ya habían emprendido con anterioridad la aventura, y él siguió sus pasos y hacía escala en primer lugar en Madrid (donde un amigo le ‘españolizó’ el nombre), después en nuestra capital, y hace 19 años se asentaba definitivamente en Antequera.
“Primero monté el restaurante Olímpica en la calle Carreteros, luego otro en Mollina y el Wok donde ahora está la tienda. Cuando las cosas no iban bien con la crisis, preferí cambiar a un bazar antes que irme”, señala.
“Incluso en los peores momentos de la crisis, no me he planteado nunca dejar Antequera. Aquí nació mi hija pequeña y aquí nos vamos a quedar toda mi familia. Cuando me lo han planteado para otros negocios lo he tenido claro: yo de aquí no me muevo”, indica con rotundidad.
Asegura sentirse “un antequerano más”, por lo que recibió emocionado la llamada del alcalde Manuel Barón para comunicarle la concesión: “Me quedé muy sorprendido, para mí es un gran premio”.
Ahora, en otro momento complicado por la pandemia, ha querido devolver a la ciudad que le abrió los brazos el cariño que ha recibido en estas casi dos décadas. “Durante los meses de confinamiento, cuando no había mascarillas, me encargué de movilizar a todos los establecimientos chinos para conseguir protecciones suficientes para todo el mundo, como los servicios sociales o incluso la Policía Local”, confiesa.
“Me gusta ayudar con material escolar o algún regalo de Navidad a quien lo necesita, y echar una mano hasta donde puedo”, añade para expresar su grado de implicación con sus vecinos: “Llevo ya muchos años aquí, me gusta mucho y quiero mucho a Antequera. Ya hemos echado raíces aquí, y simplemente hago lo que puedo”.“Antequera cada día me gusta más, me gusta su gente y noto que me quieren mucho”.
Ahora cifra en casi un centenar de personas la comunidad china en nuestra ciudad, “pero cuando yo llegué no había casi ninguno, y los que vinimos nos supimos relacionar con los antequeranos y empaparnos también de sus tradiciones, que es lo que más me gusta”. Orgulloso, muestra su pasaporte español, por el que tuvo que renunciar a la nacionalidad china: “‘Yo tengo dos madres: China me parió y España me crió’”.
