Nuestro mundo avanza, pero nuestra sociedad no evoluciona. Creo que así se podría resumir el estado actual de las cosas. La IA (Inteligencia Artificial), hace estragos en nuestros adolescentes, a nuestro país le llaman al orden desde Europa por tener atascada la Justicia desde hace demasiado tiempo, en el Congreso de los Diputados se hablan con pinganillos porque en español no se entienden, y mientras, nuestros mayores observan atónitos, cómo la sociedad que un día pensaron que sería mejor con el paso de los años, no solo no es mejor, sino parece que ha involucionado.
El mundo, en general, lleva una velocidad endiablada, cada minuto sale una nueva app que hay que aprender a manejar, una noticia de hace tres horas, ya es antigua, y lo que siempre ha necesitado su tiempo y su mesura, ahora te lo hacen unos robots con materiales reciclados… y te lo embalan en plásticos. Todo habría que sopesarlo, la tecnología y el avance de la comunicación son excelentes ejemplos de que nuestro mundo avanza, pero mientras esa tecnología no tenga formado al humano al que va destinado su uso, puede ser más un problema que una solución. La educación de nuestra sociedad, no solo en el ámbito tecnológico, sino en la más primaria de las enseñanzas, se debe convertir en la base para que nuestra sociedad crezca y se adapte al ritmo que llevan los tiempos.
Nos estamos dejando atrapar en la formación de grupos con ideas afines, en todos los ámbitos sociales, que no dejan compartir su forma de ver las cosas, y por supuesto menos se abren a escuchar diferentes puntos de vista, si estás con ellos eres de los suyos, si no lo estás eres su contrario, y eso crea conflictos, conflictos y malentendidos que amargan y ahogan una sociedad que calla y observa cómo el mundo avanza y ella misma no evoluciona. ¡Gracias, siempre!
