De repente todo estaba en silencio. Los mercados habían dejado de ladrar. Sólo se oyen murmullos de cuentas pendientes que saldar con los ciudadanos.
Los rugidos sonrientes de Aguirre sólo se escuchan cerca de los micrófonos de la esperanza, llamada «zona Las Vegas» y tiro, porque soy más chula que un ocho.
El retrato de Cascos queda… ¿aplazado? Porque cuesta 190.000 euros y en este momento «no estamos para esos gastos», comentan. Cierto, como mucho para una foto y sin retoques.
A balazos mueren todos los días miles de personas, eso sí la mayoría de las pistolas llevan el silenciador, por eso no se oye nada, o muy poco. Secretos de estado.
Tal vez por eso, para demostrar fuerza, cooperación o idiotez, Brad Pitt, le regaló un campo de tiro a Angelina.
El blanqueo de dinero pasa invisible por los senderos de la corrupción que tiene multitud de atajos, vericuetos, en los que las señales apuntan a la Comunidad Europea entre otros. Una vez superados los contras, porque hay gente con altos niveles de corrupción en sangre que llevan y traen lo que sea. Desde sus lujosos despachos, todo desemboca en las mismas fosas millonarias, que se excavan en países seguros, sigilosamente, en bancos seguros, en bolsillos putrefactos.
En la penumbra de una mente criminal se perpetra un asesinato horrendo y macabro. Once meses de angustia, día a día, horas, minutos… Fuiste tú, Bretón, asesino con alevosía. Mataste por… ¿venganza? A tus hijos, Ruth y Jose.
Metida en hielo, las ciudades oprimidas, intentan no sudar sangre, no ser esclavas de las mentes sobornadas por lo que sea.
El verano incandescente dará paso a un otoño devastador en el que no habrá lugar para la monotonía.
Sólo oigo las teclas de mi ordenador. Afonía en las frases. Silencio en las conciencias.
