Cuestión de fechas, dijo el maestro-pregonero, y vuelve a repetirse la Historia. En 1410, en la noche del 15 al 16 de septiembre, el Infante don Fernando asaltó las murallas y volvió a reconquistar la ciudad que hoy es Antequera, eligiendo como Patrona a Santa Eufemia.
Pues ayer, otra vez 15, en vísperas del día 16, esta vez en julio y en el año 2016, la ciudad que vio nacer a la joven mártir Santa Eufemia, la hoy Estambul (que fue la antigua Calcedonia y Constantinopla), comprobó cómo el sol salió en forma de Patrimonio Mundial hasta la hoy Ciudad de Los Dólmenes.
De nuevo una reconquista, reconocer 5.500 años después, lo que los hombres del ayer construyeron en torno a la fértil vega, la Peña de los Enamorados, El Torcal de Antequera y su sol. Y siempre con el sentido religioso de honrar a sus familiares difuntos.
Sigue por tanto el deseo de tener presente a quienes nos hicieron Patrimonio Mundial, una y otra vez, desde como dijo el Pregonero, “Y al séptimo día, puso Dios su mano sobre la tierra y creó El Torcal de Antequera”.
Ahora, una vez festejemos lo conseguido, toca trabajar duro, piedra sobre piedra más que nunca, adecentar lo máximo Antequera, culminar el proyecto museístico y el interior del conjunto dolménico, porque este sueño tiene una fecha para despertarse: 2019. Ese año, sabremos si ha sido un sueño, si se convierte en una pesadilla o si será una realidad.
Dependerá de las administraciones, las que lo prometieron para 1992, pero que en 2016, aún no es una realidad. La UNESCO confía en nosotros, confiemos en no defraudarles…. Todo en una noche del 15 al 16, como en 1410, como ahora en 2016. ¡Antequera es Patrimonio Mundial, a disfrutarlo y difundirlo como Los Dólmenes se merecen!
