sábado 20 abril 2024
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La Glorieta del golfista

El área de Antequera con mayor dinamismo constructivo en los últimos años es, sin duda, la situada entre las calles Pintor Pedro Atanasio y Arquitecto Melchor de Aguirre. Es decir, 64 solares (más otros 5 en Calle Bernardo Simón de Pineda), que constituyen una unidad que, cada vez más vecinos llaman, de manera rápida, como el “barrio de la Glorieta del golfista”.

La efervescencia constructiva experimentada exige que se haga un análisis de las razones de su éxito y un balance de los resultados obtenidos. Se trata de parcelas de 6 m x 20 m que permiten la construcción de viviendas adosadas de un tamaño medio. Además, su cercanía a las vías de comunicación principales caracterizan la zona como bastante atractiva, llevando a multitud de familias a elegir este emplazamiento para construirse su propia casa. Por todo ello, han supuesto un éxito al ofertar un producto que, en Antequera, ha resultado muy atractivo y que pronto se agotará, siendo oportuno, –dados los tiempos que conlleva cualquier operación urbanística–, que se vaya propiciando una continuidad en este tipo edilicio que tan bien está respondiendo a las necesidades de muchos vecinos.

Pero para continuar con esta exitosa fórmula lo más lógico sería partir del análisis de los resultados obtenidos para poder implementar las conclusiones en los ejercicios futuros. A este respecto, y aunque el estudio debe ser mucho más exhaustivo, sin duda la características que más debe intentar corregir en el futuro es la falta de uniformidad y regulación volumétrica y estética que genera un conjunto demasiado heterogéneo y contaminado visualmente por excesivos elementos –la rotulación y colorido de la nueva gasolinera nos permitiría una larga disquisición–. 

La falta de regulación en este sentido puede haberse propiciado por el erróneo sobrentendimiento de que, en zonas periféricas, no es aplicable o necesaria. O, lo que es peor aún, puede haberse debido al absolutamente falso entendimiento de que cuantas menos normas se pongan para construir, mayor número de vecinos van a optar por hacerlo.

La periferia, sin la oportuna regulación y cariño en su ejecución, puede morir de éxito. Es un gran error que no nos afanemos en construir nuevos barrios de calidad, con orden y coherencia porque, de este modo, estamos condenados a empobrecer incomprensiblemente unos sectores de nuestra ciudad, que requieren de tanto cariño en su concepción como cualquier zona céntrica.

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