Tras el título de la más genial de las obras del maestro del suspense Alfred Hitchcock se esconde una patología que produce un estado mental que se caracteriza por la pérdida del contacto con la realidad. De esta manera estas personas pueden oír y escuchar cosas que no existen, creer que están sucediendo situaciones que en realidad no están ocurriendo e incluso pueden dudar de su propia identidad. Quizás ahí resida en parte el gran éxito de esa magnífica obra cinematográfica del año 1960.
Debemos entender la psicosis como un desorden mental grave que necesita tratamiento cuanto antes. Lógicamente la psicosis la sufren los enfermos mentales, así por ejemplo puede ser habitual en personas bipolares. Por otro lado y aunque no sea tan evidente, también existen otros factores que pueden producir una psicosis, entre ellos nos encontramos el alzheimer, los accidentes cerebrovasculares, el alcoholismo o algunos tumores cerebrales. Los síntomas que produce una psicosis son muy claros, pueden incluir miedos, alucinaciones, trastornos de personalidad, delirios y pensamiento desorganizado. Estos pacientes pueden llegar a considerarse discapacitados al no poder interactuar con normalidad con la sociedad en su vida diaria.
Debemos entender la psicosis como un desorden mental grave que necesita tratamiento cuanto antes.
El diagnóstico lo establece el médico psiquiatra en función de la sintomatología que observe en el paciente, sin ser necesaria ninguna otra prueba adicional más. El tratamiento de la psicosis empieza por garantizar la integridad física y la propia vida del paciente. Evidentemente se utilizan fármacos antipsicóticos, aunque dependerá mucho de la causa que produce la psicosis o si se trata de un paciente esquizofrénico o bipolar. En estos casos los tratamientos farmacológicos son complejos y utilizan varias familias de fármacos. Para acabar, hoy quiero animar mucho a aquellos niños que se portan tan bien que muy pronto le quitarán su escayola. Marta, papá te quiere.
