Según la ONG Bullying sin fronteras, España es el país europeo donde más casos de acoso escolar se producen; además, España ocupa el tercer lugar en casos de bullying en el mundo, por detrás de México y EEUU. Son datos sorprendentes que nos hacen recapacitar y nos invitan a analizar esta problemática que tanto sufrimiento causa en nuestros menores. Uno de cada diez alumnos sufre acoso en Primaria. No podemos seguir mirando hacia otro lado, ni normalizando conductas que producen tanta destrucción en la autoestima de nuestros niños. Es responsabilidad de todos, comunidad educativa, familia, personal sanitario, redes sociales… que estos datos se inviertan.
Dado que es muy frecuente que los alumnos no cuenten lo que les sucede, por vergüenza, por miedo a las represalias por parte de los acosadores, porque creen que tal vez no es para tanto, por no preocupar a sus padres, porque piensan que no les van a creer… es muy importante que profesores, sanitarios y familiares estén atentos e identifiquen las señales de alerta. Vivimos en una sociedad en la que parece que hay que estar siempre muy felices y contentos y mostrar nuestra vulnerabilidad nos cuesta mucho.
Los signos que nos pueden indicar que los menores están sufriendo acoso son: las lesiones inexplicables, las autolesiones, la rotura o pérdida de ropa o material escolar, los dolores de cabeza o de estómago frecuentes o quejas de malestar general, los cambios en la alimentación, la irascibilidad, el aumento de la agresividad, el insomnio, las pesadillas, los escapes de orina, la disminución en el rendimiento académico, la falta de interés por las tareas escolares, el rechazo a ir a la escuela, el aislamiento social, la disminución de la autoestima, la tristeza, los sentimientos de impotencia, el hablar de suicidio…
Es importante destacar que el sufrimiento que causa el bullying es inmenso en un niño/a que en la mayoría de las ocasiones carece de recursos de afrontamiento. Detectar dicho sufrimiento y ofrecer apoyo es fundamental. Que no se sientan solos.
