Los hogares de Antequera degustan este viernes 3 de febrero, las benditas roscas de San Blas, tradición cristiana arraigada en nuestra ciudad, que las panaderías y sacerdotes mantienen en nuestros días, como reflejaron la elaboración extraordinaria y la bendición sacerdotal.
Cerca de 7.500 unidades se han realizado este año entre los diferentes hornos de pan, con la forma tan peculiar de la rosca de San Blas. Sacerdotes se trasladaron a las panificadoras para bendecirlas, a los puntos de venta o tras la misa matutina de este viernes 3, día de San Blas.
Este año fuimos llamados para presenciar la bendición de las roscas al llegar al Centro de Alimentación Juan Ignacio de la Plaza de San Sebastián, donde el carmelita padre Antonio Jiménez las bendijo en la noche del jueves 2. Y a la Cafetería Entre Torres junto a San Agustín, donde le capuchino padre Francisco Martínez Melero, hizo lo mismo a las 8,30 de la mañana de este viernes.
San Blas era conocido por su don de curación milagrosa, siendo patrón de enfermedades de la garganta. Dicen de él que una pobre mujer tenía a un hijo agonizando porque se le había atravesado una espina de pescado en la garganta. Corrió en busca del santo, ee arrodilló y se lo presentó. San Blas le colocó sus manos sobre la cabeza y rezó por él. Inmediatamente la espina desapareció y el niño recobró su salud.
Fue mártir en el siglo IV, dando milagros tras su martirio. Fue tan seguido que sólo en Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él. El 3 de febrero se le implora diciendo: «Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta».
Más información y fotografías, edición impresa sábado 4 de febrero de 2012 de «El Sol de Antequera»
