El 16 de noviembre de 2016, el Periodismo y Antequera despidieron a Ángel Guerrero Fernández, uno de los últimos periodistas románticos que mantuvo los mandamientos de su padre: “Amar a Dios sobre todas las cosas, y a Antequera, casi tanto como a Dios”.
Su vida estuvo marcada por la literatura hecha crónica como trazó Mariano José de Larra en el siglo XIX, resistiéndose a las nuevas tecnologías y buscando narrar con todo detalle lo que sucedía en su ciudad, no sólo en El Sol de Antequera, sino en sus corresponsalías de Sur, Ideal, Marca, Mundo Deportivo, EFE, Área 11 y Gecasport. No importaba lo que le pagaran, sino que Antequera sonara en toda España.
Admirador de José María Fernández, dedicó toda su vida a recopilar libros, estudios, artículos, fotografías, vivencias, recuerdos no sólo de historiadores, sino de escritores y familias que lo dieron todo por esta bendita tierra que es Antequera.
Además, en sus últimos años, no paró de compartir experiencias y vivencias de esta tierra con Antonio del Bello, Bartolomé Ruiz, Juan Alcaide de la Vega, Manuel Cascales y Juan Manuel Moreno García. Su marcha al Cielo, deja un legado por descubrir, entre donde ha dejado libros escritos a falta de publicar sobre los Toros, Efemérides, Historia del Antequerano, del Balonmano, de las Cofradías, de la propia Antequera o infinidad de artículos sobre temas locales y personajes de la ciudad, que El Sol de Antequera irá publicando en el Centenario.
El fútbol le abrió las páginas de su “Sol”
Con 25 años empezó sus colaboraciones en El Sol de Antequera, tras conocer a José Muñoz Burgos, entonces director, en los partidos del Antequerano. “Yo era un chaval y me gustaba ir al fútbol. Un día me llamó don José y me pidió que le ayudara a decirle los números de los futbolistas, ya que apenas podía distinguirlos, encargándome más tarde que escribiera las páginas deportivas”.
Había estudiado en los colegios María Inmaculada y La Salle, así como en el Instituto Pedro Espinosa, donde fue el primer alumno de “Letras”. Cursó Magisterio en Málaga y ganó varios concursos de redacción, entre ellos dedicados al Quijote, así como de dibujo.
Desde 1965 fue redactor jefe de El Sol de Antequera, ayudando primero al director José Muñoz Burgos en sus últimos complicados años hasta su muerte en 1975, y después a Juan Alcaide de la Vega, director hasta el 7 de marzo de 1982.
El 14 de marzo de 1982 figura su nombre como nuevo director de El Sol de Antequera, en cuyo editorial expuso: “Sacamos hoy a las calles de Antequera –la de aquí, y la Antequera que anda por ahí repartida a través de esos antequeranos ausentes de su tierra– un número más de El Sol de Antequera. Y lo hacemos con orgullo, con ilusión, y con ese temorcillo que se tiene cuando se empieza algo”.
Desde entonces lo dio todo, su tiempo, su dinero, su vida, por mantener este semanario, teniendo la complejidad de adaptar el paso de los tipos móviles y linotipia a los ordenadores, como dijo el entonces decano de Periodismo Bernardo Díaz Nosty en 1996: “Ángel, has conseguido equiparar El Sol de Antequera a cualquier periódico de vanguardia europeo, los habrá con más ordenadores, pero no mejores que los que tienes”.
La edad de oro: el 75 aniversario
En 1993, con motivo de las Bodas de Diamante, su Dirección consigue lanzar un vídeo de Juan Lebrón sobre El Torcal de Antequera, dentro de su amor por los hijos de la ciudad, cuidando al detalle los éxitos de Cristóbal Toral, Juan Lebrón, Kiti Mánver, Antonio Montiel… muchos de ellos entonces “desconocidos” por su tierra.
Fue declarado “El Sol” Primera Institución Predilecta en 1993, continuando con la edición digital, los números 4.000 y 5.000 y dejando el programa de actos del Centenario que celebraremos en 2018 gracias a su trabajo, que nos ha trazado y que mantendremos con sus valores, trabajo y pasión. Más información, edición impresa sábado 26 de noviembre de 2016 (pinche aquí y conozca dónde puede adquirir el ejemplar) o suscríbase y recíbalo en casa o en su ordenador, antes que nadie (suscripción).
