El libro de apellidos de vidas que tanto han dado a nuestra ciudad suma el de doña Julia Torres Domínguez, muy querida y conocida en Antequera y hermana de la recordada Pepita Torres. Su hija Cecilia García Torres le dedica unas palabras en las que apunta que cuando “una madre se despide siempre tratamos de buscar una palabra que la defina en sus huellas terrestres. Buscamos en los recuerdos de cada uno para obtener una reducción de la mejor concentración de cualidades que esa persona nos ha ofrecido y con ella queremos elaborar la receta de su vida con la que nos hizo felices a todos. Hacer esta síntesis no resulta nada fácil cuando se trata de una madre tan especial como la nuestra, sobre todo cuando se trata de Julia Torres Dominguez”.
“Hubo un traje con el que todo el mundo la conoció y le sacó el mejor partido, su traje de flamenca por supuesto con sus castañuelas. En esto era muy andaluza, llevaba el retoque de sus castañuelas en la sangre. Las tocaba de maravilla hasta con las manos en la espalda, como le gustaba demostrar”. Pero si hay algo que podemos mencionar como su herencia más invisible pero valiosa, “ha sido dejarnos a los hijos el concepto de unión que siempre nos ha mantenido juntos. Juntos a favor del amor entre hermanos, juntos para vencer dificultades, juntos para arroparnos ante las dificultades, juntos para salir adelante. Eso es un valor que hoy no tiene precio y que se revaloriza con el tiempo”.
