Desde aquí quiero escribir unas palabras dedicadas a Lola Tola; recientemente fallecida. No la pude conocer en persona, pero desde aquí me gustaría «honrar» su persona y destacar la maravillosa persona que fue.
Sus amigas y demás miembros del Opus Dei de Antequera me pidieron que escribiera como reconocimiento a la labor tan buena que hizo a lo largo de su vida; acompañada y apoyada en todo momento por su marido. Labor que Lola ha desarrollado en Antequera ayudando a muchas familias y acercando a Dios a bastantes personas, siempre buscando el bien de los demás y el sentido común.
Para terminar me gustaría hacerlo con una jaculatoria que Lola solía rezar con devoción muy a menudo: «Dame una fe sólida, una esperanza abundante y una continua caridad».