Te pedimos que esperaras a irte a que estuviéramos todos a tu lado, pero no pudo ser. Sin embargo, aún en la distancia, y sin poder explicar por qué, supimos que lo habías hecho.
Hoy ya no estamos enfadados porque, a pesar de todo, supiste despedirte de nosotros, y aún sabiendo la cercanía de tu viaje más intenso y definitivo, tuviste la generosidad de prepararlo pensando en Mario, en tu nuevo bisnieto, que conocerás y protegerás desde un lugar privilegiado, y en su madre, de la que también supiste despedirte.
Has muerto como viviste, luchando, con garra y carácter, inconformista… rodeada de los que siempre tuviste a tu lado, de los que te quisimos y admiramos, de los que tuvimos la suerte de tenerte como madre, abuela o vecina… Has muerto para vivir para siempre en el corazón y en el recuerdo de los que nunca te olvidaremos.
Hasta luego, abuela… Te queremos.
FAMILIA MELERO-VARGAS y FAMILIA RICO-VARGAS