Sin lugar a dudas, Miguel de Cervantes Saavedra es el más insigne autor de nuestra literatura. La difusión de sus obras, en especial “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” ha sido prolija, comparable con la difusión y traducción de la propia Biblia. Resulta significativa que tras su publicación, ya se realizaran diferentes impresiones e incluso, traducciones a varios idiomas, lo cual indica el enorme calado que alcanzó su obra nada más publicarse.
La vida de nuestro autor está salpicada de continuos altibajos, buscando la fortuna y estabilidad propias de un hombre que vive entre el siglo XVI y XVII. Tuvo innumerables oficios pasando por contador, soldado, camarero de monseñor Giulio Acquaviva en Roma e incluso, estuvo varias veces recluido en prisión.
Esta azarosa vida, pero sobre todo el desempeño del cargo Comisario Real de Abastos para la Armada Invencible, durante su estancia en Sevilla, le llevó a recorrer parte de la geografía andaluza razón por la cual dentro de su posterior obra hace alusión a diferentes ciudades andaluzas.
Fruto de este conocimiento de los diferentes lugares y caminos de Andalucía, podemos comprobar la aparición de distintas menciones sobre Antequera en su obra. Hay que hacer hincapié que Antequera, durante este período, asiste a un crecimiento poblacional, alcanzando un considerable desarrollo urbano lo que genera una constante llegada de órdenes religiosas y diferentes linajes para asentarse en la ciudad, fruto de la prosperidad que está alcanzando la ciudad.
Sin olvidar la particular ubicación de la ciudad dentro de Andalucía que tanto le beneficiaba en el tráfico comercial. Esta prosperidad también se percibía en el ámbito cultural destacando personajes como el poeta Pedro Espinosa o la poetisa Cristobalina Fernández de Alarcón, coetáneos de Cervantes.
De esta forma, el autor tuvo contacto con la ciudad, lo cual tuvo su reflejo en varias de sus obras. Así podemos comprobar cómo en su más afamada obra “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” (1605), aparece citada en diversas ocasiones la ciudad de Antequera. La primera mención aparece en la primera parte de esta obra, concretamente en la primera salida de Don Quijote, éste cree ser el moro Abindarráez (en alusión a la novela morisca del siglo XVI de autor anónimo), citando al alcaide de Antequera, Rodrigo de Narváez. Esta cita que denota un conocimiento exhaustivo de la historia de nuestra ciudad así como de sus personajes más ilustres.
En otras de sus obras, también podemos encontrar alusiones a Antequera. Dentro de su serie “Las Novelas Ejemplares” (1613), concretamente en la titulada “El Licenciado Vidriera”. La situación transcurre cuando narra el regreso de Tomás Rodaja a Salamanca. Describe su vuelta pasando por el camino de Antequera, que el autor conocía profundamente debido a su actividad como contador, y su encuentro con el capitán Diego de Valdivia, realizando ambos el camino de forma conjunta, pernoctando en Antequera.