Es una crónica de una muerte anunciada. El fin de los años gloriosos en ASOBAL van camino de esfumarse, si no se han hecho a la hora de escribir estas líneas.
Al Balonmano Antequera le va a pasar lo que a clubes del estilo. A base de talonario, no se puede construir un equipo. Hay que hacer cantera y confiar en la gente de la casa, tipo Manolo Porras o Cándido Sevilla, la piedra angular del inicio de esta vida en ASOBAL.
Recordaremos estos años gloriosos, pero nos dejan en la ruina.
Ojalá los nuevos rectores sepan cómo recuperar el espíritu del Balonmano Torcal.
JUAN RUIZ GÓMEZ