Escribe Eduardo Galeano: «Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo». Hace tiempo que observé cómo la gente vivía mejor o peor según en qué barrio residiera, según la lengua que hablara, según fuera hombre o mujer… ¿Por qué pasaba lo que pasaba y por qué le pasaba siempre a la misma gente? Fui encontrando respuestas, colaborando con personas comprometidas en distintos ámbitos del activismo social… Y escuchando a la gente, descubriendo su capacidad de lucha.
Entre esa gente, aparecieron voces que empezaron a hablarme de vecinas y vecinos que no tenían una vivienda en condiciones, de agricultores que veían peligrar su forma de vida por la especulación urbanística, de jóvenes que querían saber dónde habían enterrado a su abuelo asesinado por el fascismo, de la necesidad de una democracia más participativa, de la urgencia de defender los servicios públicos y de crear empleo estable, del riesgo de agotar los recursos naturales, de la importancia de que la cultura sea libre y llegue a toda la población…
Busqué su página en internet y llamé al teléfono de contacto que aparecía. Conocí a un grupo diverso y unido por una misma lucha: que en Antequera, que hay lo necesario para vivir bien, todas y todos tengamos unas condiciones de vida dignas y las desigualdades sean cada vez menores. Y me uní al grupo.
Porque me siento parte de toda esa gente pequeña que cambia el mundo cada día: quienes trabajan por la justicia social en asociaciones, en sus puestos de trabajo, en sus barrios, en sus familias… Y porque no es inevitable que tanta gente pequeña, la mayoría social, la clase trabajadora, lo esté pasando tan mal por la avaricia de una minoría. Por eso estoy en IU y por eso concurro con mis compañeras y compañeros a las elecciones en Antequera el próximo 22 de mayo.
