El conjunto arqueológico y paisajístico de los Dólmenes de Antequera está a sólo un paso de obtener el reconocimiento internacional que por sus extraordinarias cualidades –merece, sobre todo por la simbiosis entre sus monumentos megalíticos y el entorno en el que se ubican, que lo hacen único–. La inclusión, el pasado mes de noviembre, de la candidatura de los Dólmenes de Antequera en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial supone alcanzar el umbral de la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco, de la que los dólmenes antequeranos no tardarán en formar parte, con lo que ello supone de distinción de sus indudables valores culturales e históricos y garantía de su preservación. El camino, hasta este punto, ha sido largo y no ha estado exento de obstáculos, de dificultades, pero el conjunto megalítico de Antequera se encuentra hoy más cerca que nunca del lugar que le corresponde entre los yacimientos megalíticos de primer nivel de todo el mundo.
Los dólmenes de Menga y Viera y el tholos, construcción de falsa cúpula, de El Romeral, junto al Paraje Natural del Torcal y la Peña de los Enamorados, conforman un conjunto excepcional, como pusieron de manifiesto el pasado mes de septiembre los mayores expertos en megalitismo reunidos en Málaga y Antequera en la Reunión Internacional de Sitios Megalíticos y la Convención del Patrimonio Mundial que organizó la Consejería de Cultura y la Unesco, con la colaboración del Ministerio de Cultura. Es el conjunto megalítico, y en ello coincidieron los especialistas, más importante del sur de Europa y un enclave y un testimonio humano y cultural extraordinario.
Nada ha sido casual en la trayectoria que han seguido los dólmenes de Antequera hasta alcanzar el lugar en el que actualmente se encuentran. El reconocimiento que ha obtenido el conjunto megalítico es el fruto de un esfuerzo continuado a lo largo de la historia por parte de los profesionales que lo han estudiado y puesto en valor, pero también de la intervención de los poderes públicos que han apostado por la protección del patrimonio histórico, reforzada a medida que la sociedad en general se ha concienciado de la importancia que tiene la preservación de dicho patrimonio.
La Consejería de Cultura tiene un compromiso claro con la conservación y difusión del conjunto dolménico antequerano que se concreta en el alto grado de protección otorgado. Está incluido en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural con la tipología de Zona Arqueológica en 2009, y en el modelo de gestión del que se ha dotado, tras la creación en 2010 del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, adscrito a la Consejería de Cultura.
Precisamente, ahora se cumplen 125 años de las primeras acciones de protección de los dólmenes de Antequera. El dolmen de Menga fue declarado Monumento Nacional por real orden de 1 de junio de 1886 en una decisión en la que tuvo bastante que ver el político antequerano Romero Robledo y en 1923, mediante un real decreto, los dólmenes de Menga y Viera son declarados monumento nacional. Sólo dos años después, en junio de 1931, se declara Monumento Histórico Artístico la cueva de El Romeral.
Como resultado de este esfuerzo histórico común, los Dólmenes de Antequera no sólo están a punto de formar parte del Patrimonio de la Humanidad, como reconocimiento a sus valores excepcionales, sino que constituyen un ejemplo a seguir a nivel internacional y la demostración de un compromiso, el de la Junta de Andalucía, con el patrimonio histórico de todos los andaluces, en general, y de los antequeranos, en particular.
Paulino Plata Cánovas, Consejero de Cultura de la Junta de Andalucía