Como ahora hay poco trabajo, uno se puede parar a pensar más… Un día, hace ya mucho tiempo, decidí que no quería ser químico. No quería dar clase en un instituto para que mis alumnos me pusieran un mote (el «Numerillo» le decíamos nosotros al de Matemáticas). Podría montar una ferretería y ganar dinero, pero no me veía demasiado atractivo con una bata azul, así que decidí emplear mi vida en trabajar en lo que me gusta: la música. Vocación pura, oye, igual que los maestros y los médicos.
La cosa la tenemos mala, como casi todo el mundo, pero ahora nos han endiñado una subida de IVA que te la pelas. Trece puntos, de golpe y sin anestesia. ¡Vaya tela!
Encima que ahora se ha puesto de moda que los teatros te contraten a taquilla, tenemos que pagar 1,30 euros más a Hacienda por cada entrada de 10 euros que vendamos, porque no vamos a subir el precio para que lo pagues tú, que con la crisis que hay bastante tienes y hay cosas más importantes que pagar.
Por cierto, ¿te imaginas a tu mecánico pasando la gorra después de cambiarte el aceite del coche? ¿O a un político cobrando según el público que asista a los plenos o al parlamento? ¿O a un arquitecto según el número de jubilados que se acerquen para supervisar la obras? ¿Un abogado según los asistentes a la audiencia?
La preclara mente de un político local, propuso no hace mucho suspender el Carnaval y emplear ese dinero para los parados. Otro más para arreglar las cosas. Esas cosas son tirar el dinero. Pero ¿y los músicos? ¿y los actores? ¿y los payasos? ¿y los que les dan de comer a los elefantes que salen en las cabalgatas? Como haya muchos como éste, pronto tendrán que dejar de trabajar y ponerse en cola para cobrar el paro. El mismo paro que con sus impuestos ayudaban a pagar a otro que lo necesitaba.
No sé lo que pensarás tú, pero sé que hay quien dice que los artistas y gente de la farándula somos unos «subvencionaos», unos mantenidos. ¿Has pensado eso del que te vende el coche más barato gracias a los «planes renove» del Gobierno?
Tampoco sé si eres de los que piensas que emplear el dinero en cultura es tirarlo, despilfarrarlo (esta palabra está de moda ahora). Lo mismo tienes razón, pero seguro que te bajas gratis por internet músicas y películas y que defiendes tu derecho al acceso a lo que haya en la red, pero pagas religiosamente a las poderosas telefónicas tu cuota de acceso sin rechistar (las más caras de Europa, según he oído por ahí).
No te enfades por lo que digo. Quien esté libre de culpa…. Confieso que yo también lo he hecho, y que aprovecho el café de los bares para leer el periódico por la «patilla». Incluso el titular de este artículo es pirateado. Es el título de una canción del año ¿1982? ¿1983? No recuerdo bien, pero es viejo y es actual.
Tenemos una ventaja con respecto a los demás. Los de este gremio, lo que no conocemos son tiempos sin crisis. Y piénsalo, detrás de cada obra de teatro que veas hay actores, escritores, músicos, compositores, técnicos de sonido, pipas, electricistas, luceros, carpinteros, reparadores de equipos, taquilleras, chicas de la limpieza, managers, furgoneteros, acomodadores, gente que vende palomitas, periodistas que te lo cuentan, oficinistas, fotógrafos, pintores (de distinto tamaño de brochas), diseñadores, críticos… Cómicos en general como decía mi añorado Manolo Caro (de la orquesta Torcal de toda la vida).
Ya te he dicho que no sé lo que piensas. Lo que si sé es que el día que no estemos nos vas a echar de menos.