Pocas cuestiones serán tan recordadas para Antequera como la vivida el pasado viernes 15 de julio: el reconocimiento del Sitio de los Dólmenes como Patrimonio de la Humanidad. Todos estarán en lo cierto que Antequera es una de las ciudades españolas más punteras en lo que a patrimonio cultural, artístico y religioso se refiere. Sin embargo, le faltaba ese empujón que todo el mundo necesita, esa gota, como se suele decir, que colma el vaso y que hace que todo o casi todo lo que está alrededor se acabe mojando.
Eso le ha ocurrido a Antequera. El reconocimiento por la Unesco de los Dólmenes como Patrimonio de la Humanidad no sólo va a permitir que nuestra ciudad se conozca más allá de los límites del mismo Torcal o la provincia de Málaga, sino que –no lo pongan en duda– va a experimentar un crecimiento económico fuera de lo normal por la actividad turística. En ese engranaje habrán sido muchas las piezas necesarias, los estudios requeridos y las gestiones oportunas para que todo estuviera en su sitio. Pero en esta ocasión la ciudad debe reconocer el esfuerzo y el empuje de su alcalde: Manuel Barón. Entusiasta, amante de su ciudad y antequerano por los cuatro costados ha sabido inculcar el esfuerzo y las ganas de trabajar a todos cuantos le han acompañado en este largo y apasionante viaje.
Decir en Andalucía y en el resto de España hasta hace más bien poco Úbeda, Baeza, Ronda, Linares, Osuna y Écija, eran siempre sinónimos de saber identificar nombres con ciudades que sabían de Historia y tenían un pasado. Sin embargo, y eso lo he podido comprobar a lo largo de muchos años, nombrar a Antequera no iba más allá de la relación con su pertenencia a Málaga y la gran cantidad de iglesias. Ese binomio se ha roto para el bien de Antequera, de Málaga, de Andalucía y de España. Los dólmenes van a ser conocidos, después de ser reconocidos. El reconocimiento de los mismos como Patrimonio de la Humanidad es más que un doctorado dentro del Espacio Europeo.
Antequera supone ahora un hito para la provincia de Málaga en particular y en general para el estudio de la cultura megalítica. Toca establecer una buena hoja de ruta en manos de expertos para que no haya una saturación y sí un continuo goteo hacía una ciudad que lo es todo. ¡Enhorabuena!
