Siempre se ha dicho que el éxito suele tener muchos responsables y los fracasos ninguno. Estamos muy acostumbrados a ver a nuestra clase política adjudicándose éxitos de cualquier tipo, pero cuando algo sale mal corren a echarse la culpa unos a otros sin que nadie se haga responsable.
Llevamos desde el mes de enero inmersos en una campaña vacunal sin precedentes. Bueno si exceptuamos las campañas anuales frente a la gripe, la del meningococo en poblaciones de riesgo y el gran logro de la salud pública que es la implementación del calendario vacunal infantil de forma gratuita y universal.
Desde el inicio de la campaña vacunal frente al Covid-19, nuestros políticos han estado jugando al baile de cifras de cobertura poblacional y la fecha en la que se lograría la ansiada inmunidad de rebaño. En este juego de cifras y pocas letras, han participado todos. Unos poniéndose medallas y otros negando los logros conseguidos. Pero eso sí; ninguno reconociendo los logros de otros y estos sin hacer ni siquiera la más mínima autocrítica. Pero; estimados políticos. Este mérito no es vuestro ni por asomo. Debemos agradecer a la población de este país que se haya concienciado mayoritariamente de forma tan clara y positiva respecto a la necesidad de inocularse esta vacuna. Si la respuesta hubiera sido otra, que no dude nadie que no estaríamos en las actuales cifras de inmunización.
Otros de los responsables de este éxito han sido los colectivos sanitarios y no sanitarios implicados en esta campaña, que aunque hechos a estos menesteres, han desplegado una implicación que más quisiéramos que hubieran desplegado los políticos y responsables sanitarios. Pero eso sí. Se llenan la boca en sus declariones cuando dicen el número de dosis que se han inyectado en un día o durante un fin de semana. Por cierto, en este caso les recordaría la gran riqueza verbal de nuestro vocabulario. Cuando se dice “hemos administrado”, se refiere a la primera persona del plural. Y yo les recomendaría usar la tercera persona. Es decir “han”. Pero quizá eso sería un ejercicio de humildad, cosa poco usada por ellos. La tercera persona suele ser usada por aquellos que atacan a los actuales responsables políticos por el devenir de los acontecimientos y las medidas adoptadas. Como si ellos no fueran responsables. Pero ya lo decía antes, cuando hablamos de un éxito usamos la primera persona y cuando es un error se tiende a usar la tercera.
Por eso, desde estas páginas y en mi humilde opinión quisiera dar las gracias y mi más sincera enhorabuena a todas aquellas personas que han acudido a nuestro sistema sanitario público para inmunizarse frente a esta enfermedad que tanto dolor nos produce, ha producido y lo seguirá haciendo. La inmensa mayoría de nuestros conciudadanos han acudido a vacunarse de forma ordenada, cívica y responsable. Haciendo más fácil el avance de toda la sociedad frente a esta pandemia.
Para terminar no quisiera desaprovechar esta oportunidad para recordar que aún nos queda mucho por hacer y que nuestras principales armas son el uso adecuado de la mascarilla y extremar la higiene de manos.
