Puede resultar cansado estar continuamente hablando de política, pero una vez más el tiempo y la situación mandan. El refranero español, siempre tan sabio, dijo que la unión hace la fuerza y eso debió pensar hace unas semanas el listo de Pablo Iglesias. Sin embargo, en este caso la unión no ha sido para unir fuerzas, sino para acabar con quien te hace sombra y convertirlo en tu lacayo.
Pablo Iglesias, como personaje público, puede ser tachado o criticado de muchas cosas, pero pocos pueden cuestionar su rapidez y su inteligencia para dar golpes bajos al contrario sin que sepa por donde le ha venido. Izquierda Unida, liderada por Alberto Garzón (al que muchos han endiosado y no sé por qué motivos), se ha arrodillado y puesto a los pies de Podemos para que el pueblo siga escuchando campañas sin saber el origen del ruido.
Cuesta creer lo ocurrido. Veinte años atrás, el mismísimo califa (Julio Anguita) no lo hubiera hecho ni en el peor ni más horrible de los sueños. Pero, ya se sabe, en política todo vale. No olvidemos que la política no entiende de lealtades ni de significados éticos morales. ¡Pocos habrán leído Ética para Amador!
¿Qué ha ocurrido entonces? Algunos requerirán de tesis doctorales para poder explicar el pacto de los morados con lo que queda de Izquierda Unida. Otros, los menos, pero más astutos, comprobarán que el protagonismo del político no tiene fronteras. Y eso mismo le ha ocurrido a Alberto Garzón. Ha visto la situación, ha analizado el momento y comprobada la caída libre en la que está su partido, no ha encontrado otra salida: unirse junto a Podemos para sin sus siglas seguir saliendo en la foto.
Rosa Díez se estrelló, pero Alberto Garzón podrá convertirse en una marioneta de Pablo Iglesias que lo utilizará tal vez para dialogar con el PSOE, que renovado con gente como Borrell y Sevilla ha tirado de la alacena para tratar de salvar los muebles.
Difícil escenario el que se presenta para finales de junio. Ocurra cuanto sea, el sistema seguirá en sus trece: la política que ha sido el mejor escenario para hacer presente de la opulencia a unos pocos y de la pobreza para la gran mayoría nos tiene preparado un inicio de verano que pasara a los anales de la Historia de España. ¡No lo olviden!
