Se puede encontrar de casi todo. Tanto es así, que hubo que recurrir a buscar un espacio al aire libre para hacer llegar a tanta gente que se arremolinaba en sus accesos, y hacerles partícipes de lo que dentro se ofrecía. Mucho público acudió con pequeños y mayores al concurso de disfraces. Durante algo más de una hora, la carpa quedó diminuta ante la avalancha de personas que querían estar en su interior. Los puestos se veían impotentes para ofrecer la mercancía, y mesas y sillas, agolpadas delante de cada stand esperando ser reclamadas.
La tómbola en las manos expertas de Angustias marchaba a buen ritmo. Así que, la imaginación se echó a volar y, los claveles que donó Miguel Herrera, siempre amable y solidario, fueron a parar a las manos de las enamoradas, a las solapas de los atrevidos, al recuerdo de ausentes y a cuantos se identifican y colaboran con la asociación para la que fueron donados: AACC. La calle es buen sitio para pregonar la mercancía y, en los aledaños llenos de personas competentes con ganas de fiesta, fue fácil la venta. No voy a ir de lista, ni sé si la idea partió de mí, sin embargo, el resultado fue mejor de lo esperado.
Aunque en todo momento tuve muy cerca a un joven del Arca de Noé, que con una hucha y una pequeña información a la que apenas prestaban atención los transeúntes, hizo gala y aplomo de saber luchar por una causa que cree justa. Admirable su entrega.
Y, eso es lo que a veces nos falta, entrega e ilusión a los proyectos que marcan parte de nuestra vida. No puede convertirse todo en negocio, no sólo es el valor económico lo que nos hace acudir, es mucho más, la superación de lo material y el triunfo de los ideales. Juntos, asociaciones y cofradías dimos una amplia muestra de saber trabajar con altruismo, estrecheces y poco surtido.
Pero somos sabios y volverán los carnavales a llenar el colorido y la simpatía en nuestras calles, así que mejoraremos el servicio y acapararemos novedades. No toda la culpa es de la carpa que se quedó pequeña. También nuestra experiencia lo era y habremos de corregirla.