Para esta nueva etapa de colaboración con el periódico “El Sol de Antequera” se me ha ocurrido titular mis escritos con este título genérico de “Lengua y Cultura” con el que quiero acercarme a una serie de elementos lingüísticos que han estado muy relacionados con mis casi cuarenta años de docencia y con mis investigaciones acerca de las tradiciones populares.
No será, como ha ocurrido en otras ocasiones, la publicación de textos populares, como romances, coplas, canciones, bailes, costumbres… –aunque tampoco lo descarto–, sino más bien comentarios de algunos giros populares, aclaración de conceptos y de significados de palabras que usamos y que no conocemos su origen y dar explicaciones del porqué de ello.
Con este título quiero también recordar a mi admirado y querido maestro, don Manuel Alvar López, que también escribió para este periódico en alguna ocasión, ya que conocía muy bien a su director, don Ángel Guerrero –que nos dejó hace pocos meses– de las veces que don Manuel nos regaló alguna conferencia en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de este ciudad de Antequera.
Hace ya muchos años, don Manuel Alvar, además de impartirnos unas maravillosas lecciones magistrales cada vez que impartía clases de Gramática Histórica, Morfosintaxis, Dialectología o Geografía Lingüística –mi promoción pudo disfrutar de todas estas materias del departamento, del que era su jefe–, nos obligaba a leer un libro cada mes, distinto de la materia que explicaba, porque quería complementar sus enseñanzas y enriquecerlas con otras materias que nos sería necesarias para nuestra carrera lingüística.
Uno de esos libros fue, precisamente el titulado “Lengua y Cultura” del lingüista Gerhard Rohfs y que, según mis datos de registro, lo leímos el mes de octubre de 1967, justo cuando a mi promoción impartía don Manuel Alvar una asignatura, “Gramática Histórica”, cuyo libro de texto era del gran maestro de lingüistas don Ramón Menéndez Pidal y que don Manuel Alvar , enriquecía con sus explicaciones e investigaciones.
Tengo que reconocer que este libro y las aportaciones que el mismo don Manual Alvar y mi otro maestro don Antonio Llorente Maldonado me hicieron cuando encuestaban para elaborar, junto con otros profesores de otras universidades, el “Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía” (ALEA), me ayudaron mucho a dedicar mi tiempo libre a mis investigaciones populares, de las que tanto he publicado aquí en El Sol de Antequera.
Don Manuel justificaba así la necesidad de este trabajo: “Partiendo de una postura polémica contra el idealismo, iba perfilando una serie de apasionantes problemas: Relaciones de lengua y dialecto, la toponimia como espejo de la lengua, palabras y cosas, la metáfora y la creación del lenguaje, la etimología y las creencias populares, el lenguaje infantil como fundamento del vocabulario, mitología y lingüística… Problemas que, uno a uno, suscitan el interés más apasionante, porque allí no están sólo los hechos lingüísticos, sino que la vida del idioma aparece transida por los rayos luminosos de toda la historia cultural y, como en tornavoz, ilustra parcelas entenebrecidas de la vida del hombre sobre la tierra”.
Valga esta introducción como justificación de mis colaboraciónes y ahora, aunque hoy más breve por esta necesaria y lógica explicación, paso a ilustra lo que he dicho con ejemplos.
En la última edición de su Gramática que realizó la RAE, “Nueva gramática de la lengua española MANUAL”, en su apartado 1.1.1a, por primera vez trata de la PRAGMÁTICA, que aunque admite que no forma parte de la GRAMÁTICA propiamente dicha, reconoce que “Analiza el uso que hacen los hablantes de los recursos idiomáticos… “ y ”que las consideraciones pragmáticas se hacen necesarias en la descripción de numerosos aspectos de la gramática”.
Más adelante, en su apartado 42.1.l nos advierte: “Hay cierta tendencia a que cada modalidad enunciativa se asocie con determinados actos verbales” y pone como ejemplos estructuras interrogativas que constituyen peticiones: ¿Me enseña su pasaporte? O que son negaciones veladas: ¿Tengo yo la culpa de que estuviera cerrado? O propuestas: ¿y si fuéramos al cine? O Recriminaciones: ¿Por qué no te tranquilizas?
Para concluir, con muchos más ejemplos de otras estructuras lingüísticas que: “Que en estos casos se suele hablar de ACTOS VERBALES INDIRECTOS, en el sentido de que expresan de manera indirecta contenidos ilocutivos que no se corresponden con las habituales de la modalidad oracional que manifiestan. Intervienen en tales interpretaciones traslaticias diversas convenciones lingüísticas y culturales, algunas de las cuales forman parte de la llamada PRAGMÁTICA DE LA CORTESÍA”.